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La estación Polvorín en pleno trabajo (II)
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Recorrer las naves de la estación Polvorín, donde se reparaban las unidades de cuatro líneas de los subterráneos porteños (y a veces hasta de la quinta, la "B", que en ocasiones trasladaban coches en carretón) era más que interesante. Se podían apreciar a los coches que nos trasladaban por los túneles en escenas imposibles de ver fuera de ese recinto.
Además, se juntaban modelos que nunca se veían uno al lado del otro. En esta imagen, dos "Brujas" de la línea "A" acertaron a ubicarse contiguos a un Siemens - Orenstein & Koppel que en esa época (comienzos de los '90) trabajaban en la línea "C" y ocasionalmente en la "E".
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Había dos estaciones en donde era permanente: Castro Barros y Río de Janeiro. Como entre ambas estaciones hay una pendiente pronunciada para esquivar un arroyo cegado, tomaban velocidad y debían frenar fuerte. Por eso se sentía en ambas estaciones.