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Triste final para un símbolo de los tranvías porteños
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Así terminó el prototipo tranviario "El Libertador", que fue la versión porteña de los PCC norteamericanos, del cual se fabricó sólo un coche.
Sólo circuló en varias ocasiones a prueba, pero no llegó a producirse en serie. De continuar el servicio tranviario en Buenos Aires éste hubiera sido el modelo base, junto a los PCC traídos usados de los Estados Unidos.
Aquí lo vemos en el predio de Casa Amarilla, cerca de la cancha de Boca. Allí terminó y se desguazó, junto a otras unidades.
El tranvía a caballos que se ve detrás se salvó: estuvo durante muchos años en el Museo de Morón y ahora está en manos de la Asociación Amigos del Tranvía, que seguramente lo restaurará como en sus mejores tiempos.
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Seguramente los talleres Polvorín, o José Bonifacio, tuvieron alguna participación en la parte eléctrica.
Los PCC para la línea 22 vinieron (unos cuantos años después de esto, cuando se reflotó la idea), eran 30 coches comprados de segunda mano al FC Pacific Electric de Los Ángeles. Pero, después del lobby que hicieron ante Frondizi los intereses automotores, fueron a parar al servicio urbano del FC Urquiza (esto lo contó el propio López Abuín, que fue quien como ministro planeó lo de la 22 y compró los coches).