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Leyenda de la "Río", de charter en Bariloche
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Es innegable que este modelo de D.I.C. "Panorama" sobre Mercedes Benz O-140 fue "el" modelo característico de la Río de la Plata durante los '70. Tanto en los recorridos interurbanos como en los servicios de larga distancia, era "figurita repetida". Se los veía por todos lados.
Evidentemente, también se los aprovechó en los entonces incipientes servicios "Río Estudiantil" que comenzaban a trasladar a egresados a San Carlos de Bariloche. Los carteles que posee esta unidad en su parabrisas así lo atestiguan.
Detalle llamativo: este coche es el interno 129, que justamente es el número de la línea nacional que esta línea explotó durante décadas.
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Con un Deutz "8" le sacabas 5 horas de ventaja, 10 en un rebote. Diferencias que se acortaron muy significativamente con la llegada del O-170.
En el O-140 se notaba más por su peso. De todos modos, si venís con viento, al cruzar un camión todo ómnibus se mueve. Con hidráulica renegás menos incluyendo al O-170 a pesar de tener un peso similar al 140.
Como comenté en otras entradas, en esos tiempos en Alvarez Hnos. (Hasta 1980); solíamos tirarnos una mano entre nosotros y salíamos con distintos coches. El mal acostumbrado era yo porque todos mis coches tuvieron hidráulica. (Scania-Vabis motor atrás y motor adelante, M-Deutz 200RS, luego O-170 y Scania 112).
Estos coches, ni calefaccion tenian? Y andaban en el Sur?
No recomendaría hacer semejante viaje en invierno sin calefacción.
En éstos coches y similares refrigerados por agua, podías llegar a encontrarte con algún calefactor con una falla, inclusive el delantero de fábrica que era más grande. En ese caso ibas a sentir un poco de frío, pero era tolerable.
El gran problema se daba en los Deutz con un solo calefactor, si fallaba no había nada y el ómnibus era como un tinglado en el medio del campo.
En el invierno de 1982, siendo aprox. las 00:30 hs. regresando de Bariloche con una helada de aquellas y en "camisita" disfrutando de su calefactor, al doblar desde la RN 33 hacia la RP 76 en Tornquist se enciende la luz roja del alternador. Luego de revisar que no era falla de correas, enchufes, etc. no quedó más remedio que apagar todo cuidando la energía disponible y encendiendo las luces cuando era estrictamente necesario.
Respirabas y por la nariz salían dos chorros de vapor, los pasajeros se turnaban para hacer "carreritas" en el pasillo. La garrafa encendida con la pava y, encima de ella, una rejilla a modo de "Fomento de peluquero" para pasarla cada tanto en el parabrisas del lado de adentro y evitar que la condensación te lo congele.