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Notable rareza de E.M.S.I. en Córdoba
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No es muy usual encontrarse con este raro producto de los Establecimientos Metalúrgicos San Isidro (o E.M.S.I. como se la conoce en la jerga) con las ventanillas perfectamente rectangulares, sin inclinación hacia adelante.
Es muy probable que la diferencia en las ventanillas provenga de que esta unidad tenía configuración urbana, con puerta trasera. Pueden ver una foto del lado de las puertas. Es la numerada 99868.
Hasta ahora las conocimos solo en esta empresa, la cordobesa C.O.T.A.G.L. antecedente de la más conocida S.A.T.A.G., cuyo recorrido enlazaba a la ciudad de Córdoba con Alta Gracia.
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Días atrás me encontré con un viejo transportista de pasajeros y recordamos aquellos tiempos en las lejanas tierras del Plata. Luego de la charla, y observando el fichero de marras que nos ubica en el año 1958, frente a uno de los hitos de la historia del transporte de pasajeros que supimos tener, decidí trascribir una de esas historias de nuestros pioneros. porque en definitiva si de colectivos platicamos “no se trata solo de viajar y nada más”.
Francisco Garay… Memorias de colectivero”
“EN COLECTIVO RUMBO A LA HISTORIA”
“Llega la C.O.T.A.G. Limitada”
Corrían tiempos políticos que favorecían a los trabajadores. Así nace la “COTAG Limitada” (Cooperativa Obrera de Transporte Alta Gracia), de la mano de la política del peronismo. Todos los empleados pasan a ser dueños. Comenzaron los años de la gran demanda. Alta Gracia crecía, Córdoba era un polo laboral importante, y contaba con una Universidad.
Una cosa trajo la otra, y la empresa fue creciendo en horarios, personal y vehículos. “Se compraron los primeros Volvo, también llegaron ómnibus Perkins y los primeros Mercedes Benz, que se sumaron o fueron reemplazando a las unidades que ya había, de marcas como Chevrolet o Bedford”, sigue contando Francisco Garay.
Como fuera, mucha goma rodó por las rutas, con acontecimientos que marcaron un momento histórico, como la inauguración de la “nueva” terminal, en la esquina de Av. Sarmiento y Vélez Sarsfield. La C.O.T.A.G. tenía su taller ahí cerquita: justo al lado del ingreso al Sierras Hotel, por Sarmiento, donde ahora existe una confitería bailable.
”Vacas gordas, vacas flacas”
Una jugada política y legal permitió en 1968 que COTAG pasara a convertirse en sociedad anónima. Nació así la “SATAG”, que usufructuó décadas de vacas gordas, con miles de altagracienses viajando a diario a la urbe capitalina por trabajo o por estudio.
Tiempos de dividendos que no se correspondieron con las inversiones. Cuando la crisis del 2001 azotó al país, encontró una empresa sin espaldas para soportarla. Su último día fue el 20 de julio de 2004. Con la SATAG se fue la última empresa de Alta Gracia en hacer el servicio de transporte interurbano. Hoy, la ruta la cubren sin dificultades y con horarios amplios, Sierras de Calamuchita y Sarmiento, ambas de capitales foráneos.
”En el camino”
Esta historia tiene varias aristas. Algunas de tinte histórico y otras, anecdótico. Para muchos, el devenir de las circunstancias del transporte fue un tratar de sobrevivir laboralmente hablando. Lo cuenta Francisco Garay, familiarmente relacionado con esto: “Muchas veces, las empresas pagaban las indemnizaciones con coches, o rutas. Emilio Hee, por ejemplo, se quedó con la línea a La Paisanita y le dieron un coche. A mi viejo le dieron un ómnibus que era un Chevrolet 40, y la línea a Dique Chico. Fue entre 1957 y 1958. Luego, mi viejo le compra a Emilio la línea a La Paisanita y el ómnibus”. Y agrega: “Mi viejo había comprado un ómnibus para hacer turismo. A fines del 59 compra un Bedford 57, con todo el lujo de esos momentos. Era un coche bárbaro, el más nuevo que había en Alta Gracia y hacía excursiones a Catamarca, La Rioja, San Juan. En cada viaje que hacía se le rompía la caja. Lo terminó vendiendo y perdiendo todo. Luego le compró un ómnibus a la COTIL, al fiado, un Ford 51”. En fin, aventuras y desventuras de quienes nacieron para estar al comando de un ómnibus.
“Se anuncia el arribo del final”
Toda historia tiene un final, y el de ésta la estamos escribiendo hoy. Por las distintas terminales de la ciudad pasaron todo tipo de coches trayendo y llevando pasajeros más o menos cómodos en su interior. Desde los primitivos ómnibus con volante a la derecha hasta los modernos con aire acondicionado y wifi. Con carrocería de madera o de chapa. Más lindos, más feos, mejores, peores. Nacionales o importados.
De todo hubo por las rutas desde hace más de ochenta años. A este repaso habría que agregarle las historias -miles- de pasajeros a lo largo del tiempo.
Entre Alta Gracia y Córdoba se hicieron amistades, se estudió, y hasta se juraron amores eternos. “Porque no se trata solo de viajar y nada más”.
«Cosas Nuestras - Francisco Garay - 07/01/2021