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El primer coche de una empresa chubutense de media distancia
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La empresa El Ñandú se fundó en 1992, para cubrir un recorrido entre las localidades de Trelew y Gastre, que había quedado vacante por la defección de la prestataria anterior, que se llamaba Maren.
El coche elegido para iniciar sus actividades fue este simpático micrito, llegado desde la señera empresa Ko-Ko. Aún se nota su esquema de pintura en la mitad superior de la carrocería, que no se repintó.
Se trata de un Mercedes Benz LO-1114 frontalizado, carrozado por D.I.C. de acuerdo a su modelo "Panorama", que se mantuvo en servicio hasta fines de los '90.
Con el tiempo la empresa creció y hoy explota varios recorridos con cabecera en Trelew.
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| 11/08/2017 18:27
María del Carmen Rodríguez y Nelson Eduardo Sosa están al frente de Transporte «El Ñandú». Más que un transporte, un servicio social para los pobladores de la meseta. Recorren la Ruta 4, Ruta 25, y Rutas Provinciales 59 y 58.
Hacen el trayecto Trelew-Gastre pasando por Madryn, Telsen, Gan Gan, Lagunita Salada, Blancuntre, Chacay Oeste y Gastre. Por Ruta 4, pasan por Bajada del Diablo (luego de la nevada y desborde de Arroyo Perdido recién volvieron a circular por este camino la semana pasada). El trayecto Trelew-El Mirasol, El Escorial y Yala Laubat, por Ruta 25 y luego Rutas Provinciales 59 y 58.
Actualmente cuentan con 10 unidades, de las cuales 9 están afectadas a la meseta y a Camarones, y se adquirió un flamante colectivo, con habilitación nacional, para la realización de viajes a distintos puntos del país, con 64 butacas. Hay 8 choferes y en el taller se desempeñan un mecánico y un ayudante.
De Trelew a Gastre hay 12 horas de viaje, un recorrido de 600 kilómetros por Ruta 4.
SERVICIO SOCIAL
En junio pasado, el taller de Transporte «El Ñandú», fue víctima de un hecho delictivo. Desde entonces, y con mucho pesar, limitaron gran parte de las «gauchadas» realizadas a los amigos del interior. Por ejemplo, cobrarles la jubilación a los abuelos de algún pueblo que recibían su paga de manos de uno de los choferes; o pagar cuentas de vecinos. Sólo entregan medicamentos, y sin mucha medida a la hora de los embalajes. Porque a la gente del interior no hay que complicarla con tanto envoltorio sino con soluciones.
La gente de la meseta «es muy especial. Mucha gente carece de afecto por lo que un mínimo de afecto les llena el alma… les decís «cómo anda abuela?» y al día siguiente te traen un pan casero. Hace unos años atrás mi marido estuvo muy mal, en Terapia Intensiva. Y a mí la gente me traía carne, tortas fritas, todo me enviaban por los choferes o ellos mismos me lo traían, y no querían que me ofenda. No querían que me falte nada a mí o a las nenas», comenzó contando María del Carmen, esposa de Nelson.
Por eso «no bajamos los brazos», dijo María del Carmen, a quien todos conocen como Marilyn. «Vendemos pasajes, entregamos encomiendas, conocemos la vida de todo el mundo. Aunque uno no quiera, te metés en el problema o en la alegría del otro». EL CHUBUT llega a los pueblos de la meseta mediante «El Ñandú».
RUTAS
El último temporal vivido y los cortes de ruta ocasionaron algunas dificultades. Un micro salió un viernes y recién regresó de Gastre el miércoles. «Se encajó, iba la máquina, lo movían, volvía a encajarse. Así trabajamos. Nosotros nos manejamos con los pobladores, llamamos directamente a los pobladores. Nos manejamos con la gente del lugar», dijo María del Carmen.
En Gastre los choferes pernoctan. En los viajes habituales salen a las 7 de la mañana de Trelew y llegan a las 19 horas.
Los choferes «pueden contar cientos de historias, millones, son parte del paisaje. Ellos más de una vez han abierto tranqueras para entregar encomiendas en mano a los pobladores. Nelson ha viajado muchos años, a veces se escapa pero por razones de salud no debería viajar. Y acá me quedo yo, me identifican como la señora de El Ñandú», señaló Marilyn, indicando que hace más de dos décadas que están en la Terminal de Omnibus de Trelew.
Cartas
Cuando Marilyn empezó a contar una de las historias, hablando de que a veces la gratitud de la gente de la meseta es desmedida, hizo alusión a las cartas que entregan. Sí. Cartas. Esquelas. Misivas. En sobre, con destinatario y remitente. Cientos de cartas tenía Marilyn en la oficina de «El Ñandú» de la Terminal. Para ser entregadas en mano por los choferes que hacen las veces de carteros y sienten la emoción de entregar la carta, una especie en extinción en tiempos de pura tecnología.
Por REDACCIÓN CHUBUT
| 11/08/2017 18:27
María del Carmen Rodríguez y Nelson Eduardo Sosa están al frente de Transporte «El Ñandú». Más que un transporte, un servicio social para los pobladores de la meseta. Recorren la Ruta 4, Ruta 25, y Rutas Provinciales 59 y 58.
Hacen el trayecto Trelew-Gastre pasando por Madryn, Telsen, Gan Gan, Lagunita Salada, Blancuntre, Chacay Oeste y Gastre. Por Ruta 4, pasan por Bajada del Diablo (luego de la nevada y desborde de Arroyo Perdido recién volvieron a circular por este camino la semana pasada). El trayecto Trelew-El Mirasol, El Escorial y Yala Laubat, por Ruta 25 y luego Rutas Provinciales 59 y 58.
Actualmente cuentan con 10 unidades, de las cuales 9 están afectadas a la meseta y a Camarones, y se adquirió un flamante colectivo, con habilitación nacional, para la realización de viajes a distintos puntos del país, con 64 butacas. Hay 8 choferes y en el taller se desempeñan un mecánico y un ayudante.
De Trelew a Gastre hay 12 horas de viaje, un recorrido de 600 kilómetros por Ruta 4.
SERVICIO SOCIAL
En junio pasado, el taller de Transporte «El Ñandú», fue víctima de un hecho delictivo. Desde entonces, y con mucho pesar, limitaron gran parte de las «gauchadas» realizadas a los amigos del interior. Por ejemplo, cobrarles la jubilación a los abuelos de algún pueblo que recibían su paga de manos de uno de los choferes; o pagar cuentas de vecinos. Sólo entregan medicamentos, y sin mucha medida a la hora de los embalajes. Porque a la gente del interior no hay que complicarla con tanto envoltorio sino con soluciones.
La gente de la meseta «es muy especial. Mucha gente carece de afecto por lo que un mínimo de afecto les llena el alma… les decís «cómo anda abuela?» y al día siguiente te traen un pan casero. Hace unos años atrás mi marido estuvo muy mal, en Terapia Intensiva. Y a mí la gente me traía carne, tortas fritas, todo me enviaban por los choferes o ellos mismos me lo traían, y no querían que me ofenda. No querían que me falte nada a mí o a las nenas», comenzó contando María del Carmen, esposa de Nelson.
Por eso «no bajamos los brazos», dijo María del Carmen, a quien todos conocen como Marilyn. «Vendemos pasajes, entregamos encomiendas, conocemos la vida de todo el mundo. Aunque uno no quiera, te metés en el problema o en la alegría del otro». EL CHUBUT llega a los pueblos de la meseta mediante «El Ñandú».
RUTAS
El último temporal vivido y los cortes de ruta ocasionaron algunas dificultades. Un micro salió un viernes y recién regresó de Gastre el miércoles. «Se encajó, iba la máquina, lo movían, volvía a encajarse. Así trabajamos. Nosotros nos manejamos con los pobladores, llamamos directamente a los pobladores. Nos manejamos con la gente del lugar», dijo María del Carmen.
En Gastre los choferes pernoctan. En los viajes habituales salen a las 7 de la mañana de Trelew y llegan a las 19 horas.
Los choferes «pueden contar cientos de historias, millones, son parte del paisaje. Ellos más de una vez han abierto tranqueras para entregar encomiendas en mano a los pobladores. Nelson ha viajado muchos años, a veces se escapa pero por razones de salud no debería viajar. Y acá me quedo yo, me identifican como la señora de El Ñandú», señaló Marilyn, indicando que hace más de dos décadas que están en la Terminal de Omnibus de Trelew.
Cartas
Cuando Marilyn empezó a contar una de las historias, hablando de que a veces la gratitud de la gente de la meseta es desmedida, hizo alusión a las cartas que entregan. Sí. Cartas. Esquelas. Misivas. En sobre, con destinatario y remitente. Cientos de cartas tenía Marilyn en la oficina de «El Ñandú» de la Terminal. Para ser entregadas en mano por los choferes que hacen las veces de carteros y sienten la emoción de entregar la carta, una especie en extinción en tiempos de pura tecnología.