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Añoso recuerdo tranviario del Ferrocarril Urquiza
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Es evidente que esta foto fue tomada luego de la nacionalización de los Ferrocarriles e incluso luego del ingreso a la flota de los tranvías usados llegados desde la Pacific Electric. Así lo indica el esquema de pintura que luce este viejo coche de la época de los Lacroze, que imita al que trajeron los Hollywood Car desde los Estados Unidos.
Varios continuaron en servicio tras la llegada de los tranvías nuevos, porque no alcanzaron para renovar la flota entera. Conserva la numeración de la serie del 400, que data de la época del Ferrocarril Central Buenos Aires.
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Eran tiempos del Ferrocarril Central de Buenos Aires - FCCBA, atrás quedaban los recuerdos del viejo Tramway Rural, el Ferrocarril Rural de la Provincia de Buenos Aires y el “Siglo de Oro” de una república que ingresaba al siglo XX con ansias de mayores logros. La ley Nro. 4.480 daba rienda suelta al servicio eléctrico y la sucesión Lacroze vió en ello muchas posibilidades de expansión, por lo que gestiona en los Estados Unidos debido al éxito que tuvieron los tranvías de dos ejes, ante la firma J. G. Brill & Co., la provisión entre otros de coches de dos boguies (cinco unidades).
Con el advenimiento en 1912 de la electrificación hasta Camp de Mayo, aquellas cinco originarias unidades llegadas en el año 1907 y afectadas al servicio urbano fueron incorporadas a este servicio. Por aquellos años la terminal de tranvías estaba frente a la estación Federico Lacroze sobre la Av. Triunvirato y el cruce con la Av. Federico Lacroze.
Los tranvías tenían su terminal enfrente a esta y luego del ascenso/descenso de los pasajeros, cruzaba la Av. F. Lacroze e ingresaba a la estación del FCCBA y tomaba pasaje en el andén oeste, para luego continuar hasta la altura de la actual Av. El Cano donde ingresaba a las vías del ferrocarril.
Este nuevo servicio fue floreciendo obligando a la compañía Lacroze a adquirir nuevas unidades (quince) que se agregaron a las originarias completando un parque de veinte unidades de dos boguies. Esta segunda compra en el año 1908 fue dividida en dos, los quince (15) anteriormente mencionados y otra tanda de treinta y una unidades la cual fue numerada 0421 al 0451, la que nos ocupa, completando así un parque de cincuenta y una (51) unidades para fines del año mencionado.
Se caracterizaron por su librea original, “Verde Oliva”, cuyos números y filetes eran dorados. Durante su vida útil en el FCCBA fueron modificados, y aquel porte señorial de sus primeros tiempos dieron paso a modificaciones que desdibujaron su aspecto original, como por ejemplo el farol principal que se lo ubicó sobre el techo, el “salvavidas” original fue suplantado por un “guardainfante” (miriñaque) como el utilizado por las locomotoras de vapor y también pasaron a funcionar de a dos unidades acopladas.
«Verde que te quiero verde, verde viento, verdes ramas»
Con el advenimiento de la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires - CTCBA, aquel verde oliva fue transformado al conocido color “Marfil” tradicional de la operadora. Pero allí no quedo la cosa, y el FCCBA pudo recuperarlos, pero un lote de unidades fue repintada al color “azul”.
Nuevos tiempos traían los años 40`s, y consigo la Compañía Argentina de Talleres Industriales de Transportes y Afines - CATITA, no se quedó atrás ni con el color ni las reformas. Sus ventanillas pasaron a tener todas las banderolas rectangulares, los techos se modificaron eliminando el linternón y como no podía faltar, cambiaron nuevamente la librea al color “marrón” con franjas amarillas acordes a los coches de las series 1.500, 3.100 y 3700.
El último “restyling” que recibieron los serie “400” fue la colocación de los patines para el nuevo sistema de “tercer riel” y se dio una cuadratura a su carrocería que recibió además una modificación en el parabrisas con unas pequeñas ventanillas.
“El último de los mohicanos”
Mayo de 1964 marcó el fin de una era, los serie “400” dieron fin al ajetreado derrotero en la carrera a Campo de Mayo. No fue uno, sino dos “mohicanos” (chapas 422 y 424) los que cubrieron aquel melancólico viaje final entre Ejército de los Andes y Campo de Mayo. Lamentablemente ningún ejemplar de la serie “400” llegó a engrosar el patrimonio histórico tranviario argentino.
«El Tranvía verde», vede como la albahaca, verde como el trigo verde, y el verde, verde limón.
No fue mi intención emular a don Jesús Quintero y aquel viejo programa de TVE que por los años 80`s dio en llamarse “El Perro Verde”, pero como diría don Aquilino González Podestá “…No fue su nombre “oficial”. Ni siquiera sé si otros le llamarían así, pero era el mote que le habíamos puesto en casa y del que jamás abjuré y que aún utilizo por mucho que me vengan a hablar ahora de los “Brill”, los “400” o la mar en coche… Me refiero a los suburbanos de la Compañía Lacroze que, desde Chacarita, hacían la carrera a San Martín y Campo de Mayo”.
Reciban Uds., todo mi respeto.