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El prototipo Magirus Deutz y sus "jorobas"
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Esta es la tercera foto que publicamos de este desconocido prototipo de DECA I.C.S.A. y A. y L. Decaroli, que tanto llamó la atención.
En otra de las fotos publicadas se consultó sobre unas protuberancias en su parte trasera y se afirmó que se trataban de tomas de aire necesarias para el enfriamiento del motor, que justamente es refrigerado a aire. Como quedó la duda flotando ofrecemos esta nueva imagen en donde se las ve con absoluta claridad.
De esta manera queda resuelto el asunto planteado en la otra foto, en donde uno de nuestros amigos afirmó que era conveniente tomar el aire de arriba para evitar el polvo.
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Cuyo nombre significaba "Deutz Cantábrica". No olivdar que además de los ómnibus también fabricaron camiones y, sobre todo, tractores. En los dos úlimos Decaroli no tenía nada que ver.
Fue una empresa que invirtió en el país. Los modelos importados de alemania no se adaptaron a las condiciones de trabajo locales y comenzó a desarrollar los chasis en el país, ayudados por Magirus pero con impronta local.
En mi experiencia como transportista, el chasis de ómnibus Deutz te podía gustar o no, pero aunque no lo compraras igual te beneficiabas proque les ponía un techo con sus precios a la competencia.
De los que tuve los dos RS200, funcionaron muy bien al igual que los Scania-Vabis importados y los O-321 y O-170.
El peor fue un Scania K-112. Con pocos kilómetros en su haber noto que gastaba mal la cubierta delantera derecha, a J. Vazquez Iglesias por garantía y me dijeron que estaba mal alineado. Mi respuesta fue que era imposible porque el coche andaba derecho. Cubierta nueva y continuó el desgaste. No quedó mas remedio que ir a Palagi Hnos. en Témperley para enderezar el eje delantero. A los 400.000 kilómetros noto que por los agujeros del block gotea agua. Esos agujeros estaban para notar si había algún problema en las gomas superiores de las camisas de cilindros como aviso antes de que el refrigerante pase al aceite. Siempre lo usé con refrigerante-anticongelante para evitarme sorpresas desagradables en Bariloche. Lo llevo nuevamente y otra vez miraron para otro lado, la respuesta fue que en la carrocería -Troyano en este caso- le habían quitado una masa del motor y se produjo electrólisis que picó las camisas. Por lo menos me regalaron un conjunto, la mano de obra por cuenta mía.