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Día temático 128 - Recuerdos antiguos a todo color (II)
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Con esta imagen retrocedemos como mínimo 59 años, porque estos tranvías locales de Lanús, que fueron los últimos del enorme sistema tranviario que logramos tener que quedaron en actividad, dejaron de circular en 1964.
Resistieron un poco más debido a que, como esta foto nos muestra, debían transitar calles de tierra en las cuales los ómnibus o colectivos no podrían prestar un servicio eficiente. Por eso trabajaron hasta completar la pavimentación de todas las arterias que recorrían.
Su número de línea es el 51, una local que en 1969 se la renumeró como 522 y llega a nuestros días.
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“Los tranvías de la tierra - Los orígenes”
Este año inicié la “salita de 4”, entre las materias a cursar me tocó «tranvías a caballo», como este tema en el foro no suele tocarse, aprovecharé este fichero para comentar alguno de los temas aprendidos en los primeros días de clase.
Hoy nos toca «El último de los mohicanos», T.A.L.E.S.A. en su versión tranviaria con las líneas Nro. 051 y 052. Para aquellos que peinamos canas pero que no vivimos los comienzos de esa época dorada, pero sí heredamos de nuestros mayores aquella palabra tan porteña que clasificó al nuevo transporte urbano sobre rieles como “tranguai”, vaya el siguiente recuerdo de su origen ancestral.
Corría el año 1867 y se establece en el partido de “Barracas al Sud” el apeadero de Lanús, inicia un nuevo servicio de transporte como lo fue el “Tranvía a caballo”, que sobre rieles sujetos a gruesas tablas apenas apoyados sobre calles polvorientas que se tornaban intransitables en época invernal, permitieron a los nuevos pobladores de Lanús poder trasladarse más cómodamente a sus trabajos.
Lanús cuya tierra es rica en historia desde el mismo comienzo de la conquista hasta nuestros días, también supo tener un sistema de tranvías local. Todo comenzó en el año 1884, mientras en la ciudad de La Plata se inauguraba el servicio de alumbrado público, en la “Reina del Plata” se inauguraba la confitería “Las Violetas”, en la tierra del fuego el Comodoro Augusto Lasserre ponía la piedra fundamental de la actual ciudad de Ushuaia y a nivel nacional se promulgaba la Ley Nro. 1.420, piedra basal del sistema educativo de vuestra patria como lo fue la educación común. gratuita y obligatoria, en Lanús comenzaba a prestarse el servicio tranviario con dos líneas cuya base era la estación ferroviaria hasta Villa de los Industriales (hacia el oeste) y la otra hasta Villa Obrera (hacia el este).
Lejos quedó ese momento de transición en el trasporte lugareño, pero es bueno recordar su origen y sobre todo a quienes hicieron de ese proyecto el desarrollo del hoy partido de Lanús.
La primera línea fue creada por Don Enrique Fernández, y contaba en un comienzo con un recorrido de unas veinte cuadras. El emprendimiento tenía el objeto de poner en valor las tierras del Sr. Fernández, ya que luego de concretado el proyecto vendió las tierras a M$N 0,60 la “vara” cuadrada, dando comienzo al nacimiento de “Villa de los Industriales”.
Esta línea tuvo originalmente su cabecera en Santiago Paul y Máximo Paz, tomando por esta última hasta las barreras de la calle Caá-Guazú y de allí por la calle Santa Clara (actual Joaquín V. González) hasta la estación de Lanús.
Debido a las quejas de los pasajeros por el incumplimiento en los horarios, el Sr. Fernández puso al frente de la línea a la familia Astiz, compuesta por Serapio (padre), Gregorio y Ramón (hijos) quienes organizaron el servicio logrando coordinarlos con los del ferrocarril, a los efectos de poder combinar los servicios para que los pasajeros que trabajaban en la capital pudieran llegar a horario a sus labores.
El vejo “tranvía del vasco”, como lo llamaban los lugareños, dejo de funcionar cuando apareció la antecesora del sistema eléctrico de tranvías como lo fue la “maquinita”, una locomotora con dos coches que funcionó hasta el advenimiento del sistema eléctrico como antes lo mencionara.
La segunda línea estuvo a cargo de los señores Barceló, Marini, Rossi y Seeber, miembros estos de la Sociedad Obrera, la que tuvo a cargo su construcción. Formaba su parque una sola unidad que circulaba cada cuatro horas conducido por el Sr. Cantaluppi, que no solo oficiaba de conductor sino también “ad honorem” de correo y comisionista de los vecinos.
El recorrido transitaba por la calle Ayohuma (actual 9 de Julio) hasta Villa Obrera. Entre los proyectos asignados a esta línea estaba la prolongación a la quinta de “Caraza”, partiendo desde su origen por la calle Santiago de Paul para tomar la zona rural por un camino que conducía a la quinta.
Con respecto a los coches utilizados en ambas líneas eran de los modelos tradicionales como “jardineras” (sistema abierto) y “cucarachas” (cerrados).
El resto de la historia quedará para otra oportunidad.
Reciban Uds., todo mi respeto.
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Hay que quitar los espacios