Ciudad de Montevideo

El último Inglés.

Luego de cinco décadas, ha llegado a su fin el reinado indiscutido de los ómnibus ingleses en la ciudad de Montevideo. El último Leyland Olympic, construido en el Reino Unido por Metropolitan Cammell Weymann, fue retirado de servicio el 23 de julio pasado.

Era el interno 566 de la popular C.U.T.C.S.A., que durante muchísimos años mantuvo en circulación a una legión de estos ómnibus. Como dato anecdótico podemos agregar que este coche anteriormente fue el 284, que se convirtió en 566 debido al incendio del vehículo titular, también Leyland.

Esta foto fue tomada una semana antes de su baja definitiva a manera de despedida. Se le pegó un cartelito alegórico en su frente que conservó por algunos días.



Suena increíble que uno de estos vetustos armatostes haya llegado al nuevo siglo en servicio regular, aunque cabe agregar que éste es el último de cerca de una veintena de viejos Leyland que fueron radiados en el correr de este año.

Si adoptamos un punto de vista imparcial, debemos aceptar que ya era necesaria su desaparición. Resulta inaceptable que en la ciudad capital de una nación se utilicen vehículos con casi 40 años de trajín sobre sus espaldas.

Pero desde el punto de vista histórico – nostálgico su pérdida se nos presenta irreparable. La ciudad de Montevideo se presentaba como una Meca para los amantes de los viejos y buenos fierros que quisieran revivir pasadas épocas porteñas y viajar en estos bonachones Leyland.

Cuesta aceptar que ya no estén y que el característico sonido de su motor no resonará más por 18, mientras lentamente cumplían su recorrido.

Aunque todavía no está todo perdido.

Aún resisten atrincherados unos pocos Leyland Royal Tiger carrozados por Banda Oriental durante la década de 1970, aunque su mayoría fue relegada a las líneas "L", locales de los suburbios montevideanos.

Visitar Montevideo es casi mágico. Es una ciudad rebosante de historia y tradición. Desde la Ciudad Vieja hasta el último barrio suburbano, recorrerla es revivir el pasado. En cada calle, en cada esquina, hay algo que nos recordará al Buenos Aires de hace 20 ó 30 años, hoy desdibujado entre tantos shoppings, hipermercados y outlets.

Hay como un aura de historia en cada viejo bar o pizzería. Ante cada viejo edificio revive algo del romántico pasado porteño, que implacablemente supimos destruir.

Pero lamentablemente ya no será la misma. Un pedacito de su historia se ha perdido.

(Foto: Alejandro Silva).