LAS
FOTOS MAS CURIOSAS
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Micro
trocha ancha.
Entre 1981 y 1982 hubo un fallido intento de reactivar
un ramal ferroviario sin tràfico de pasajeros, entre Empalme Lobos
y Olavaria.
La empresa olavarriense Atlántico del Sud se hizo cargo del servicio.
Adaptò un micro Cametal Nahuel II a la trocha ferroviaria y con èl
inaugurò una frecuencia
diaria en cada sentido entre ambas ciudades, con las paradas en las
estaciones intermedias. El total del recorrido sumaba 240 km.
El intento fue novedoso y bastante difundido. Se lo sindicaba como
la solución para mantener el servicio ferroviario en ramales deficitarios.
Pese a todo y luego de un tiempo de prueba la idea no prosperò, y
al poco tiempo el servicio fue levantado.
Foto: Colección Jorge L. San Martin |
Extraños
triple ejes.
Si
bien existen antecedentes remotos sobre la utilización de vehículos
con triple eje para transporte de pasajeros en el paìs, su uso se
generalizò hacia 1980, cuando las empresas de larga distancia comenzaron
a adoptarlos en forma masiva.
Con los tres ejes se logrò mejorar la comodidad de los coches. Su
andar màs suave fue recibido con beneplácito por el pùblico y en pocos
años se convirtieron en los amos y señores de los caminos argentinos.
Su uso està circunscripto prácticamente a las empresas de larga y
media distancia, y los vehículos se caracterizan por ser verdaderos
gigantes de las rutas. Pero hay excepciones.
Resulta muy atípico encontrar un colectivo Mercedes Benz LO1114 con
tres ejes.
Es
de suponer que la ruta en las que la desaparecida empresa tucumana
El Ranchilleño lo utilizaba perjudicarìa el rendimiento de
un coche con sòlo dos ejes.
La línea provincial 216 de la provincia de Buenos Aires, que une a
General Madariaga con Pinamar y Villa Gesell y que es explotada por
la empresa Montemar, nos ofrece una serie de vehículos extraños, carrozados
como ómnibus urbanos o de media distancia, excesivamente largos y
con la peculiaridad de contar con tres ejes.
En este caso se justificarìa el uso de dos ejes en la parte trasera,
debido al inusual largo de estos coches.
Fotos: Carlos Wallberg y Carlos Chamorro
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Los
efímeros trolebuses bahienses.
Esta foto tiene un extraordinario valor de documento: registra
la primera de las ùnicas dos veces que los trolebuses circularon por
las calles de la ciudad de Bahìa Blanca.
La red de troles de Buenos Aires nunca llegò a completarse.
Fueron planificadas numerosas líneas que jamás pasaron de la etapa
de proyecto.
Pese a ello, los coches para servirlas ya estaban en el paìs. La cantidad
de vehículos ociosos era importante. Por eso se decidiò construir
redes de trolebuses en varias ciudades del interior. Rosario, La Plata,
Mar del Plata, Mendoza y San Miguel de Tucumán contaron con sus servicios.
Junto a èstas, muchas otras ciudades proyectaron sus redes, pero no
lograron concretarlas. El caso de Bahìa Blanca fue muy especial. La
red se proyectò y construyò, llegaron los coches, y luego de presentàrselos
a la población (ocasiòn en la que fue tomada esta foto) comenzaron
las pruebas en la red.
Menuda sorpresa se habràn llevado las autoridades municipales cuando
descubrieron que el suministro eléctrico era insuficiente para mover
los coches a una velocidad adecuada...
No fue posible salvar este inconveniente y el servicio de trolebuses
bahiense jamás fue inaugurado. Su línea aèrea se desmontò
sin haberla utilizado y los coches quedaron guardados, inútiles, esperando
esa inauguración que nunca llegò.
Sin embargo, los trolebuses pisaron las calles bahienses dos veces.
Durante una huelga de transportes, la Municipalidad los sacò a la
calle para cumplir recorridos de emergencia. Al no haber tracción
eléctrica, los remolcaron con camiones...
Algunos de los trolebuses asignados a Bahìa Blanca protagonizaron
un hecho curioso: luego del movimiento conocido como el rosariazo
(fuertes disturbios acaecidos en la ciudad de Rosario, donde se incendiaron
numerosos trolebuses de la flota local), las autoridad municipales
rosarinas salieron a buscar con urgencia vehículos usados para reforzar
las frecuencias, resentidas tras la destrucción total de varias unidades.
Se ubicò y exhumò a los infortunados trolecitos bahienses, que por
fin pudieron estrenarse en Rosario, en 1970. Màs que curioso es el
hecho de que hayan llegado a su nuevo destino como material de tercera
mano(ex Bahìa Blanca, ex-ex Buenos Aires) pero aùn cero kilómetro,
a pesar de haber transcurrido 17 años de su llegada al paìs.
Foto: Colección Guillermo A. Murphy |
Los micros mixtos patagònicos
Los desolados caminos patagònicos fueron recorridos
por estos extraños vehículos, mitad camiòn, mitad microómnibus.
Como el tràfico
de cargas era superior al de pasajeros, muchas empresas adoptaron este
tipo de micro, capaz de conducir gran cantidad de mercancías y encomiendas.
Bien alcanzaban unos pocos asientos para conducir a los escasos pasajeros
que se aventuraban por aquellas rutas australes. En èpocas invernales,
estos servicios mixtos eran savia vital para los pueblos y caserìos
que bordeaban a la precaria y peligrosa ruta 3.
En la foto, un antiguo International de la recientemente
desaparecida empresa La Puntual |
Los
todo terreno de Villa Gesell
La empresa El Costero tiene a su cargo el servicio
urbano de la ciudad balnearia de Villa Gesell, una de las playas preferidas
de la costa atlántica argentina.
Esta línea, numerada 504, posee coches urbanos. Pero hay otro servicio,
turístico, que alcanza al Faro Querandí, separado de la planta urbana
por varios kilómetros de caminos precarios, arenales y mèdanos.
Debido a su intrincado recorrido, que no permite el uso de vehículos
comunes, la empresa mandò construir dos verdaderas rarezas.
Se emplearon chasis de camiòn Mercedes Benz, un 1114 y un màs moderno
1410 que conservaron sus cabinas originales y se los adaptò a vehículo
todo terreno.
Sus carrocerías son màs que extrañas, recortadas para conservar la
cabina de camiòn. No conocemos otro caso en el paìs de vehículos similares
a estos.
Realzaba su originalidad su librea, similar a la de los ómnibus empleados
en la línea local.
Lamentablemente, años atràs, la empresa sustituyò estos colores por
un camuflado militar de dudoso gusto, que desluciò notablemente el
aspecto de estos curiosos colemiones, asemejándolos màs a un
Unimog radiado del Ejèrcito Argentino que a un vehículo de
transporte de pasajeros.
Foto:
busamerica.com
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El
Rompehuesos
Don
Herman Parini fue el pionero del transporte automotor de pasajeros
en la zona de Pinamar y Ostende. Iniciò sus servicios con un automóvil,
uniendo a estos balnearios con General Madariaga por un camino de
tierra que en dìas lluviosos se debìa transitar con el barro al eje.
Recorrer
esos pocos kilómetros, que hoy cómodamente transitamos por una ruta
asfaltada, se tornaba una verdadera odisea.
El servicio resultò todo un èxito y, ante la creciente
demanda, Don Parini agrandò su flota: primero con una camioneta Willys
Overland y màs luego con un micro alquilado.
Con los años la incipiente empresa,
que ya se llamaba Almar, progresò y fue incorporando màs vehículos.
Tres de ellos eran camiones Ford canadienses, màs conocidos como Guerreros,
ideales para circular por caminos tan precarios. A uno de ellos, identificado
con el nùmero interno 3, Don Parini lo carrozò artesanalmente, con
el fin de utilizarlo como vehículo auxiliar. Su aspecto era màs que
extraño. Conservò la trompa y el parabrisas del camiòn, màs su techo
fue elevado para permitir una circulación màs cómoda de los pasajeros
en su interior. Su puesto de conducción estaba a la derecha y contaba
con 19 asientos, ubicados de manera singular (los ùnicos que miraban
hacia delante eran los 5 del fondo y otros tres que estaban situados
junto a la puerta de ascenso). Sus ventanillas de subir y bajar, eran
de cristal inastillable. Tal vez haya sido el primer vehículo
de transporte automotor de pasajeros argentino que haya contado con
ellas.
Parini lo
construyò liviano en su parte superior, para evitar que se fuera de
costado, y muy firme y duro de abajo, para que tuviera buena tracción
y sirviera de remolque de los ómnibus. Con el mismo fin se le agregò
una hoja maestra a los elásticos traseros.
No era usual que circulara con pasajeros, pero durante uno de sus
esporádicos servicios un viajero anónimo lo bautizò para siempre.
Transcurrìa el viaje a pura aventura y a todo barro. Lo desparejo
del camino hacìa rebotar a los pasajeros de lo lindo. Un hombre sentado
en el fondo protestò: -¡ Esto es un rompehuesos!
Aùn hoy los viejos habitantes de Madariaga lo recuerdan, pese a que
dejò de circular en 1954...
Foto: Herman Parini |
Un
transporte al pasado
A veces, durante alguno de nuestros viajes de investigación,
nos encontramos con algún viejo vehículo en servicio activo.
Al desaparecer de las grandes ciudades, los coches màs antiguos son
relegados a líneas aùn màs pequeñas. A veces unen a alguna ciudad
de cierta magnitud con algún pueblo cercano, o hacen algún recorrido
chacarero, enlazando pueblitos por caminos de tierra.
Es muy simpàtico verlos, con una enormidad de años sobre sus chasis,
recorriendo a veces caminos intransitables, transportando las cargas
màs insòlitas, llevando siempre a los mismos pasajeros que saludan
al chofer con aprecio, casi como a un amigo.
En agosto de 1987, descubrimos este Bedford de 1960 carrozado por
Moliterno. Sabemos que hasta mediados del año 2000 aùn cumplìa su
recorrido entre Chivilcoy y la pequeña localidad de San Sebastián,
aventurándose por una ruta de 21 km. de tierra.
Es probable que aùn circule. Hasta donde sabemos, este es el vehículo
màs antiguo de la provincia de Buenos Aires en servicio regular.
Foto: Alejandro Scartaccini |
Los ómnibus articulados.
Pese
al èxito que este tipo de vehículos a obtenido en todo el mundo, parece
ser que en la Argentina no està contemplado su uso en un futuro cercano.
No obstante hubo algunos intentos al respecto. El primero apareció
en 1987 en la
empresa Manuel Tienda Leòn, que lo utilizò un corto tiempo en sus
servicios de transporte de personal. Màs luego, a comienzos de 1994,
se realizò el ùnico intento de establecer un servicio urbano con coches
articulados.
Las empresas El Halcón y Rìo de la Plata, prestatarias de las líneas
148 y 129 de la ciudad de Buenos Aires, sacaron a la calle un coche
cada una a modo de prueba.
Se trataba de ómnibus Volvo B58E carrozados por Marcopolo en Brasil,
de acuerdo a su modelo Torino. Se levantò mucha polvareda en
los medios de comunicación: los supercolectivos, los
llamaron.
Pero todo no pasò del mero intento. El Halcón devolvió su unidad y
la de la Rìo de la Plata circulò unos pocos años, para luego ser arrumbada
en su cochera de Ranelagh.
El servicio mas duradero lo estableció Buquebùs: utilizò tres Volvo
Marcopolo, pero modelo Allegro, para el servicio receptivo
de sus barcos. Unìan la vieja terminal de Buquebùs de Dársena Sud
con sus oficinas del microcentro, ubicadas sobre la avenida Còrdoba.
Con el traslado de su terminal a Puerto Madero y el cierre de sus
oficinas, se desvirtuò el motivo de este servicio y fue suprimido.
Con èl desaparecieron los últimos articulados porteños.
En la actualidad, hay un coche a prueba en la ciudad de Rosario, pero
aùn no se ha resuelto su incorporación definitiva
Foto: Carlos Chamorro
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