Linea 183 Tuvo su origen en una línea comunal del partido de San Martín, identificada con el número 5. Ingresó a la Capital a finales de 1952, para suplantar una porción de recorrido que una línea de colectivos de Transportes de Buenos Aires, casualmente numerada 5, había dejado de cumplir al transformarse en ómnibus 105. Se autorizó un recorrido entre las estaciones Caseros del F.C. San Martín y la parada Av. América, hoy desaparecida, del F.C. Gral. Urquiza. Comenzó su actividades con sólo 7 coches de 11 y 16 asientos, algunos muy anticuados. Su razón social era Cooperativa de Transportes Nueva Argentina. Tiempo después, al constituirse en sociedad de derecho, se sustituiría por Empresa de Transportes Jorge Newbery S.A.I.C. Nunca tuvo un recorrido extenso dentro de la ciudad de Buenos Aires. La mayor parte se desarrolló en el conurbano, por eso era una línea rara de ver. El 23 de Febrero de 1965 se autorizó su único alargue dentro de la Capital, que llevó su cabecera a la intersección de Navarro y la Avenida Lope de Vega, en el barrio de Villa Real. La línea sufrió dos cambios de número en menos de dos años. El 2 de Enero de 1969 recibió el número 503, comunal del partido bonaerense de 3 de Febrero. Al año y meses, el 25 de Septiembre de 1970, debió modificárselo nuevamente, al resolverse que todas las líneas provinciales y comunales que ingresaran a la Capital deberían pasar a la jurisdicción nacional. Por ello se le otorgó el 183 definitivo. Por esos años, los de máxima expansión de la empresa, administró un recorrido provincial, numerado 329, corto de la línea troncal de jurisdicción nacional. Nunca sus servicios fueron óptimos. Rara fue la oportunidad en que la 183 contó con coches cero kilómetro. Casi siempre se recurrió a vehículos radiados de otras líneas, que no siempre estaban en buenas condiciones. Hacia comienzos de los ´90 la situación de la empresa empeoró ostensiblemente. Los servicios eran muy malos, con frecuencias pésimas y la flota en estado desastroso. La cantidad de pasajeros transportados se redujo al mínimo. En 1993 el estado obligó a las empresas a instalar las máquinas expendedoras automáticas de boletos. Es de imaginarse la mala situación de la empresa, que no pudo afrontar los costos de su instalación. Como al vencerse el plazo no se cumplimentó lo exigido se caducó su concesión, junto a las de otras 4 líneas. De las 5 líneas caducadas, la 183 fue la única que no volvió a circular. Coleccion: C.E.A.P. |
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Linea 77 A fines de la década de 1920 inició sus servicios la línea de ómnibus número 43, entre Plaza Constitución y Rivadavia y San Pedrito, en el barrio porteño de Flores. Su dueña era la empresa 25 de Mayo, que junto a esta línea administraba otra, numerada 25. Poseía coches marca Brockway, de 24 y 25 asientos, pintados en color crema, al que años después se le agregaría una franja azul. Es probable que haya recibido su primer número no por casualidad: existía cierta similitud del recorrido con la línea tranviaria homónima, de la compañía Anglo Argentina. Finalmente, el 5 de Abril de 1935 se le otorga su número oficial, el 57. Su recorrido sufrió alargues paulatinos, que llevaron su cabecera oeste a Liniers, en 1933. Años después, con la línea bajo la administración de la Corporación, se cercenó su ruta por su extremo sur, en la estación Boedo de la línea "E" de subterráneos, situada en el cruce de la avenida del mismo nombre con la avenida San Juan. Durante la Segunda Guerra Mundial se buscó racionalizar los recorridos, para aprovechar al máximo el escasísimo material rodante disponible. Como el subterráneo "E" por aquellos años finalizaba su recorrido en Constitución, fue lógico que se cortase el recorrido del ómnibus y se lo hiciera funcionar como alimentador del subte. El 21 de Marzo de 1948 se renovaron los antiguos ómnibus de preguerra por flamantes Mack C-41, de origen estadounidense. También se le otorgó un nuevo número, el 157, con el fin de resaltar su modernización. Muy poco duraron los nuevos ómnibus. El volumen de pasajeros transportados no justificaba mantener la línea con vehículos tan grandes y se resolvió sustituirlos por colectivos. El 5 de Marzo de 1950 iniciaron sus servicios los clásicos Chevrolet Sapo carrozados por Costa Rica. Al cambiar de tipo de vehículo también cambió su número, según la política de la Corporación de separar las líneas por centenas de acuerdo al tipo de vehículo que utilizasen. De ahí en adelante su número fue el 257. Su paso por Transportes de Buenos Aires, sucesora estatal de la Corporación, fue efímero. El 8 de Julio de 1955 se privatizaron las líneas de microómnibus en poder del estado. Los coches fueron adjudicados a razón de uno por cada dos empleados. El 9 de Julio se inició la explotación privada. La 257 pasó a manos de 25 de Mayo S.A., con 40 unidades que se comenzaron a repintar lentamente de azul, con techo crema y franja roja. Este es el único caso de una línea que luego de reprivatizarse volvió a llevar el mismo nombre y a tener colores similares a los que tenían antes de ser tomados por la Corporación. La empresa inició una política de expansión. Extendió su recorrido por sus dos extremos (a Ciudadela el 3 de Mayo de 1959 por el oeste y nuevamente a Constitución, el 17 de Septiembre de 1961 por su punta sur). Logró su techo a comienzos de la década de 1970, al hacerse cargo de la línea 83 tras la quiebra de su anterior prestataria, Transportes Centenera. Formó una empresa subsidiaria, llamada Transportes Chacabuco, que con un puñado de colectivos obsoletos intentó reflotar a la 83. Pero en pocos años, en 1977, la novel empresa debió cerrar sus puertas, debido a problemas económicos indisolubles. Entretanto, la 257 ya se llamaba 77. Sufrió su primer cimbronazo a fines de los ´70 al ser dada de baja gran parte de su flota por no cumplir con la ley establecida por el gobierno militar, que estipulaba en 10 años la antigüedad máxima de los vehículos de transporte público. Nunca más pudo reponer la totalidad de los coches sacados de servicio, lo que trajo acarreado un lógico resentimiento de las frecuencias y los perjuicios económicos del caso. Hacia 1984 circulaba con sólo 35 unidades, sobre 48 autorizadas. Gran parte de su flota estaba compuesta por vehículos antiguos o en estado deficiente. Fue la última línea porteña que contó con un colectivo Chevrolet. En 1987 no contaba con más de 30 coches en circulación y no había señales de mejoría en su situación. En Septiembre se corta su recorrido y se lo desvía al Cementerio de Flores, abandonando el tramo a Constitución. Pese a este último intento su deterioro no se revirtió y no duró mucho más. En Febrero de 1988 la línea dejó de circular. Se rumoreó que la Empresa de Transportes Fournier, entonces prestataria de las líneas 86 y 97, se haría cargo de la línea. Pero nada sucedió y la 77 se transformó en recuerdo. Foto: Osvaldo Abner |
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Linea 187 A fines de la década de 1940 nació Transportes General Mitre, concesionaria de una pequeña línea comunal del partido de San Martín, identificada con el número 9. Como casi todas las líneas comunales de la época, su flota inicial estuvo compuesta de un curioso rejuntado de colectivos variopintos de las más variadas procedencias. Antiguos Chevrolet de 11 asientos se mezclaban con destartalados "alargados" de la Corporación y alguna que otra unidad de modelo reciente. Su esquema de colores, azul noche con techo crema y franja y recortes en rojo, se mantuvo inalterable durante toda su existencia. En Agosto de 1952 entró a Buenos Aires, hasta la esquina de Pacheco y Nahuel Huapi, en el barrio de Villa Urquiza. Gradualmente extendió su recorrido: primero hasta el Hospital Tornú, luego a la estación La Paternal y por último hasta Chacarita, su cabecera definitiva. Por la otra punta, entretanto, su ruta alcanzó José León Suárez. El 15 de marzo de 1964 la línea pasa a la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires y cambió su antiguo número municipal por el de su nueva concesión, el 107. La década de 1960 fue la más provechosa de la empresa. Su política era netamente expansionista: habilitó una línea comunal en San Martín, también numerada 107, y adquirió la línea 127 de ómnibus a la empresa Transportes Automotores Noroeste. Además, intentó extender a la 107 troncal dentro de la capital: primero hacia Liniers, luego hasta Plaza Once, más tarde al Correo Central y por último intentó alcanzar el Hospital Argerich. Ninguno de estos pedidos fue autorizado. El 1° de Enero de 1969, mediante el reordenamiento de la numeración de las líneas, la 107 se convirtió en 297. Al año siguiente, al pasar a la jurisdicción nacional, recibió el 187. Hacia 1977 la 127 se separó de Transportes General Mitre y pasó a llamarse Autolíneas Argentinas. Con ella se fue la antigua línea 107 comunal, que unos años antes había sido fusionada con la 127. Así, la 187 volvió a quedarse sola. Hacia finales de la década de 1970 los servicios de la 187 empezaron a deteriorarse. La ley de los 10 años de antigüedad máxima para los vehículos de transporte de pasajeros hizo que se retiraran de la calle gran cantidad de colectivos que no fueron repuestos y las frecuencias se resintieron. De 43 coches en servicio en 1978 quedaban 25 a fines de 1983. De ellos, sólo uno tenía menos de 7 años de antigüedad. El 17 de Abril de 1984 las autoridades tomaron la decisión de paralizar los servicios y el 12 de julio se declaró caduca la concesión. Además de las malas prestaciones, influyeron en la decisión las graves irregularidades administrativas y el virtual estado de cesación de pagos que la empresa atravesaba. Durante muchos años los últimos coches de la 187 murieron lentamente en un terreno ubicado a la vera de Avenida Marquez, a la altura de Loma Hermosa, esperando su remate judicial. Poco quedaba de ellos cuando se los remató. El accionar de los vándalos los redujo a ruinas en muy poco tiempo. No conocemos el último paradero de sus restos. Lo más lógico es que tras la venta hayan sido desguazados. Foto: Osvaldo Abner |
BusARG.com.ar
- Primer Museo Virtual del Transporte Argentino ] Buenos Aires, Argentina
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