LINEA 54

(Actualmente dividida en tres fracciones explotadas por las empresas Transportes Almirante Brown S.A., Expreso Lomas S.A. y Transportes Automotores La Plata S.A.).

Cuando uno rememora a la vieja línea 54 es inevitable recordar a la Empresa General Roca, su prestataria histórica.

Fue una de las empresas emblemáticas de la zona sur del Gran Buenos Aires. Llegó a ser muy poderosa: controló numerosas líneas y hasta se dio el lujo de fabricar sus propias carrocerías, algo que a lo largo de la historia fue muy poco corriente de ver.

Si miramos hacia atrás y recordamos al gigante que fue, puede resultar increíble que hoy ya no exista. Siguió el derrotero de varias empresas otrora sólidas y pujantes que durante los últimos 10 años, por diferentes razones, cayeron en desgracia y desaparecieron.

Su historia se inició en 1940, cuando Francisco Sciacaluga solicitó a la provincia de Buenos Aires un permiso para instalar una línea de colectivos, que finalmente fue autorizada el 18 de agosto de 1941.

Se le otorgó a la Empresa General Roca la concesión provincial número 223, que estableció un recorrido entre Wilde y San Justo pasando por Lomas de Zamora, con 43,5 kilómetros de recorrido a cumplir con 18 unidades como mínimo. No obstante, la empresa declaró tener 23 coches patentados y listos para salir a servicio.


Hermosa vista frontal de un verdadero clásico de la década de 1950: el Chevrolet Sapo. Nótense las dos matrículas en su frente: la de la derecha, apenas legible, es la correspondiente a la provincia de Buenos Aires; la de la izquierda, en cambio, es la que otorgaba la Dirección Nacional de Transportes a todas las líneas con permiso de carácter nacional y que la 223, originalmente de concesión provincial, obtuvo a causa de su ingreso a la ciudad de Buenos Aires.
(Foto: Colección Luis Méndez).

No obstante la línea se inauguró con 20 microómnibus, el 6 de mayo de 1942. Aquí se presenta una duda no aclarada, porque es poco probable que se den de baja unidades antes del inicio de los servicios. O una de las dos cifras está equivocada o cabe suponer que algún componente retiró sus coches antes de la inauguración.

Desde un comienzo las unidades fueron pintadas enteramente de crema, con franja y recortes en rojo. A lo largo de los años el esquema de colores fue conservado, aunque la tonalidad del crema varió de acuerdo al gusto de cada carrocera o taller de reparaciones: desde el marfil más blanquecino hasta el amarillo huevo, todas las tonalidades intermedias estuvieron representadas en la librea de la empresa, sobre todo desde fines de la década de 1970 en adelante.

Al parecer la línea comenzó con el pie derecho y gozó de una rápida aceptación de los usuarios: en 1944 su flota casi se había duplicado, al alcanzar 35 coches en servicio. En el mismo año se autorizó un fraccionamiento de los servicios en Molina Arrotea, en el Parque Municipal de Lomas de Zamora.

La caótica situación del sistema de transporte porteño durante la Segunda Guerra Mundial, originada en la grave escasez de unidades en servicio debido a la falta de insumos importados, obligó a las autoridades a permitir el ingreso de numerosas líneas provinciales y comunales a la Capital, para intentar aliviar la falta de transporte en la ciudad.

Y una de las elegidas fue la General Roca.

El 8 de marzo de 1945 fue autorizada a entrar a Buenos Aires. La cabecera establecida fue el Correo Central y el acceso a la Capital se efectuó por el puente Nicolás Avellaneda, en el barrio de la Boca.

A los pocos días, el 17, inició sus servicios. En los primeros tiempos debió abonar cien pesos moneda nacional por cada coche que ingresara a Capital y no se le permitió efectuar tráfico interno. Recién el 31 de mayo de 1951, seis años y meses después, se levantó esta restricción.

Su última extensión de recorrido dentro de Buenos Aires, a Retiro y Puerto Nuevo, presenta una incógnita. Se conoce una fecha, el 8 de junio de 1951, pero hasta ahora no se ha podido establecer si ésta fue la fecha de autorización o efectivización del alargue. Los esfuerzos de los investigadores por aclarar esta duda han sido, hasta ahora, infructuosos.

Posteriormente, su tendencia expansionista continuó en el Gran Buenos Aires. Durante 1953 fue autorizada a prolongar a Ciudad Evita y al Balneario 17 de Octubre, ubicado en Ezeiza.

Durante ese mismo año, o a comienzos del siguiente, su recorrido llega de manera efímera a Ezeiza y, como desdoble o como paso hacia esa ciudad, a Ramos Mejía. Todo indica que el servicio a Ezeiza no tuvo un buen resultado: el 29 de noviembre de 1954 se autorizó a suspenderlos de manera definitiva.

Los servicios a los balnearios y a Ciudad Evita siguieron el mismo camino y fueron suspendidos, el 29 de octubre de 1959.

Tras un nuevo alargue autorizado el 7 de agosto de 1961, esta vez a la estación Monte Grande del Ferrocarril General Roca y uno de los últimos de gran importancia que sufriría la 223, la empresa comenzaría un nuevo proceso de expansión, esta vez a costa de líneas preexistentes y de la adjudicación de líneas comunales, que la condujeron a un sitial de importancia entre las compañías de la zona sur del Gran Buenos Aires.

El primer paso fue dado el 27 de septiembre de 1961 en el concurso público de ofertas 6202/61, concebido con el fin de privatizar las líneas de ómnibus operadas por la Administración General de Transportes de Buenos Aires. General Roca se presentó asociada a otras importantes empresas de la zona sur (Expreso Cañuelas, El Puente, Micro Ómnibus Quilmes, Expreso Quilmes, entre otras) bajo la denominación Transportes Automotores Unidos S.A. (T.A.U.S.A.), que resultó adjudicataria de las estaciones de Belgrano, San Martín y Valentín Alsina, junto a 9 líneas de ómnibus.

El 24 de octubre de 1961 T.A.U.S.A. inició sus operaciones. En un principio General Roca fue accionista dentro de la empresa madre, con derecho a operar las líneas 111 (luego 11) y 145. Pero años después la empresa se disolvió y, al atomizarse, cada empresa participante absorbió la o las líneas en las que participaban. De esta manera ambas líneas pasaron a formar parte de la General Roca, adoptaron sus colores y, lentamente, reemplazaron sus ómnibus por colectivos.

Posteriormente, le fueron adjudicadas dos líneas comunales de Lomas de Zamora: eran las líneas 1 y 3, que en marzo de 1963 comenzaron a circular bajo la administración de la General Roca. La línea 1, años después fue renumerada como 540.

El 27 de febrero de 1967 prolonga como ramal su recorrido desde la estación Lomas de Zamora al balneario de Villa Albertina y al puente de La Noria. Años más tarde este servicio sería incorporado a la línea 540 y la línea madre dejaría de llegar a La Noria.

En ese mismo año se hizo cargo sin autorización y de manera encubierta por intermedio de una empresa satélite, llamada Barracas Motors S.R.L., de la línea 323 ex trolebús que poco después sería renumerada como 27. Tras una serie de acciones judiciales, recién lograría su posesión legal en diciembre de 1974.

Y también en 1967, o a más tardar el año siguiente, la empresa comenzó a carrozar sus propias unidades.

El nombre del nuevo establecimiento carrocero no fue muy original que digamos (se llamó General Roca...) y no sabemos si sus actividades partieron de cero o si la empresa adquirió alguna carrocera preexistente y en actividad. Si bien esto último no nos consta, no descartamos esa posibilidad.

Básicamente trabajó para cubrir sus propias necesidades. Rara vez alguno de sus productos cero kilómetro fue estrenado en otra empresa. Su primer modelo fue parecido al de la fotografía (aunque con las ventanillas corredizas divididas en dos paños, el superior en azul, y evolucionó gradualmente, con el correr de los años.

Si bien el último modelo construido, en 1978, ya poco tiene que ver con el primero, si se comparan fotografías de todas las variantes conocidas se verá que uno es una simple evolución del anterior.

De esta carrocera surgió otra, llamada Independencia. Si bien llegaron a coexistir, personal de General Roca se escindió e independizó (¿tal vez por esta circunstancia se llamó así?) y comenzó a carrozar para muchas otras empresas, no sólo para la General Roca.

Pero volvamos a la 223. Éste, su primer número, le dejó el lugar al 54 el 2 de enero de 1969. Ese día entró en vigencia la resolución 750/68 de la Secretaría de Transportes, dictada para reorganizar la nomenclatura de las líneas de acuerdo a su jurisdicción. Como el número 223 quedó dentro de las centenas reservadas a las líneas provinciales debió cambiarlo de manera forzosa.


La General Roca fue una de las pocas empresas que tuvo el orgullo de contar con su propio establecimiento carrocero. Éste fue uno de sus modelos más conocidos, construido con leves variantes de styling entre 1968 y 1973, en su mayoría fueron montados sobre el clásico chasis Mercedes Benz LO-911/48.
(Foto: Aldo M. Daneri).

Entretanto, la empresa continuaba sumando líneas a su staff: a comienzos de la década de 1970 ya controlaba la explotación de la Compañía de Ómnibus Castelli, prestataria de las líneas 551, 552 y 553 comunales de Lomas de Zamora. Tras su adquisición formal por la General Roca el 5 de febrero de 1983 fueron incorporadas como ramales a la 540. También se sumó la 527 comunal de Lanús, ex 7, y la 54 incorporó un nuevo ramal, a Bustos y Olmos, en Lomas Oeste.

Con la explotación de un tercio de la línea 193 como ramal de la 11, en forma tripartita junto a las líneas 46 y 86 a partir del 16 de febrero de 1978 (ver más detalles en la línea 46), podemos considerar cerrada la etapa de expansión pese a que hubo más intentos al respecto, como su presentación a la licitación de la línea 20, en noviembre de 1980, y la obtención de un pequeño rondín entre la estación Lomas de Zamora y Villa Transradio, algunos años después.

No obstante, ya había perdido algunos de los recorridos obtenidos: la 145 había sido caducada el 1° de octubre de 1970 y la 27 transferida sin autorización a la empresa 16 de Diciembre S.A. de Ttes. el 16 de diciembre de 1977, poco antes de su desaparición.

Tras una gran renovación de unidades de las líneas nacionales efectuada a comienzos de la década de 1980 (muchas de las cuales perdería a los pocos años) la calidad de la flota comenzaría a decaer lentamente. Los pocos coches renovados en la segunda mitad de esa década fueron usados y el mantenimiento decayó a la par del volumen de pasajeros transportados.

El gigantesco recorrido de la 54, una especie de medialuna que recorría el Gran Buenos Aires de sudeste a oeste, era una buena fuente de ingresos gracias al sube y baja de los trabajadores de los numerosos conglomerados industriales que atravesaba. Al no ser concebido para realizar grandes trayectos, por no ser directo, escasos eran los pasajeros que lo tomaban para un recorrido largo.

Y las numerosas industrias que jalonaban su trayecto comenzaron a cerrar, una tras otra.

Con el correr de los años la merma de pasaje se hizo notoria, y la calidad de los servicios continuó en marcado declive.

Entretanto, la empresa se deshizo gradualmente de las líneas que había logrado controlar: en 1987 la línea 527 comunal de Lanús fue transferida a Transportes Lanús, en enero de 1990 el ramal "C" de la 540 se convirtió en línea 552 y pasó a manos de Transportes General Las Heras S.R.L. y un año después se desprendió de la línea 11, que quedó a cargo de Cía. de Micro Ómnibus La Colorada S.A.C.I.

El siguiente servicio perdido fue su tercio de la línea 193, en beneficio de Micro Ómnibus 246, que con su línea 46 explotaba otra tercera parte de los servicios.

Hubo rumores de un convenio privado entre ambas empresas que establecía el abandono de la 193 por la General Roca. Como retribución, Micro Ómnibus 246 le transferiría algunas unidades.

Este rumor parece tener cierta verosimilitud: alrededor de mayo de 1991 la General Roca retiró sus coches de la 193 y fue visto al menos un colectivo de la línea 46, el interno 56, con sus colores originales pero sin letreros indicadores de recorrido ni razón social, con carteles que indicaban que la unidad estaba "al servicio línea 54" y con la leyenda "Linea 54" en sus laterales.

A mediados de 1992 su flota fue sustancialmente mejorada con la adquisición de una buena cantidad de ómnibus El Detalle – Deutz OA 101 segunda versión con un nuevo esquema de colores, que incorporaba el azul además de los clásicos crema y rojo.

En su mayoría fueron destinados a la 54 y la nota curiosa la dio una unidad, numerada internamente como 401, preparada para un servicio diferencial a establecerse en la 54 y que nunca circuló. Finalmente fue renumerada como "01" y destinada a cumplir recorridos chárter, que partían desde lugares próximos al Correo Central los días de semana después de las 18 hs.

Una segunda tanda de OA 101 que llegó a la empresa un año después, en este caso usados, incorporó el color blanco en sustitución del crema en su carrocería. Hubo rumores que esas unidades fueron incorporadas por El Detalle Terminal Automotriz S.A., que habría adquirido parte del paquete accionario.

También corrieron versiones sobre el desdoble de la empresa. Habría quedado como General Roca S.A. la sección que operaba la línea 540 y la 54 habría pasado a girar como General Roca S.R.L. Tal vez la supuesta intervención de El Detalle con las unidades blancas, que en su mayoría fueron destinadas a la 540, tenga algo que ver en esta supuesta secesión.

Pese a la modernización de su flota, la calidad de los servicios de la 54 continuó deteriorándose cada vez a mayor velocidad. A mediados de 1994 el estado de los nuevos ómnibus era deficiente (¡pese a que contaban sólo con un año y medio, o a lo sumo dos, de uso!) y diferentes problemas gremiales paralizaban la línea frecuentemente. El 11 de julio, por ejemplo, circularon sólo 16 unidades...

La empresa fue intervenida e intimada a regularizar el servicio bajo advertencia de perder la concesión.

En ese mismo año General Roca presenta quiebra. Pero, por una medida cautelar del juzgado interventor, continúa las prestaciones e impide a la Secretaría de Transportes tomar las decisiones apropiadas para paliar las grandes deficiencias del servicio. Finalmente, el 9 de agosto de 1994, el juez levantó la medida cautelar ante la imposibilidad técnica y financiera de prestar un servicio acorde con las exigencias. El 18 de agosto de 1994 la Secretaría de Transportes, mediante la resolución 299/94, revocó el permiso a General Roca para continuar las prestaciones y al mismo tiempo emite la resolución 300/94, que autorizó precariamente al Expreso Cañuelas S.A., propietaria de las líneas nacionales 51, 154 y 186 junto a otras de carácter provincial y comunal, a continuar con los servicios.

El 9 de septiembre siguiente Expreso Cañuelas se hizo cargo de los servicios, con algunos OA 101 de la desaparecida General Roca y unos pocos coches propios. Los ex – Roca circularon algunos meses con sus colores originales y calcomanías con la razón social de la nueva dueña sobre la original. Lentamente fueron repintados y comenzó a identificarse a la línea, en buena parte de las unidades (no en todas) como "línea 51 ex 54".

La situación de la línea cambió poco. Los servicios nunca llegaron a restablecerse correctamente porque las unidades agregadas por el Expreso Cañuelas fueron pocas y las frecuencias apenas mejoraron.

Esta empresa nunca le dio importancia a la 54 y se limitó a mantener sus servicios dentro del mínimo aceptable. Además, su situación no era de las mejores.

La calidad de sus unidades y sus servicios comenzó a decaer gradualmente. La flota envejeció rápidamente y también comenzó a precipitarse hacia el abismo.

El 17 de julio de 1996 se registró el primer pedido de quiebra. El 15 de septiembre de 1999 se allanó su terminal de Villa Transradio y se le secuestraron 72 unidades por un pedido de embargo del banco Macro, de la provincia de Misiones. Por la falta de vehículos las frecuencias de todas sus líneas se vieron afectadas y la situación empeoró.

Las protestas de sus trabajadores se sucedieron una tras otra debido a la falta de pago de sus haberes y los servicios se paralizaron una y otra vez, hasta la debacle final.

El 18 de enero de 2001 el Expreso Cañuelas dejó de circular y días después la mayoría de sus líneas fueron adjudicadas precariamente a otras prestatarias.

Es de suponer que no se consideró la posibilidad de mantener entero al recorrido de la 54, porque las razones de su existencia ya se habían desvirtuado. La reducción al mínimo o la directa inexistencia de las zonas industriales que atravesaba tornó innecesario su mantenimiento y se resolvió dividirlo en tres partes, que fueron adjudicadas a tres empresas diferentes que comenzaron sus servicios el 9 de febrero de 2001.

La empresa Transportes Almirante Brown S.A., prestataria de la línea 33, absorbió la sección Puerto Nuevo – Remedios de Escalada y la asimiló a su línea, como 33 roja; el Expreso Lomas S.A. recibió la sección Monte Grande – Oliden – Lanús, la alargó hasta Pompeya y la fusionó con su línea 165; el tramo Parque de Lomas – Molina Arrotea – Ramos Mejía, en cambio, fue otorgada a Transportes Automotores La Plata S.A., que la mantuvo unos meses como línea ex 54 y más tarde fue absorbida por su línea 406.

Hoy, la única de las tres partes que aún posee un vestigio de su existencia es la 33 roja, que aún conserva el número 54 relegado a la cartelera de ramales. Ni la 165 ni la 406 lo han mantenido y han mimetizado su recorrido con el de sus respectivas líneas madre.

Fuentes consultadas:
Guías Peuser, "T", Lumi, Practi – Guía (ediciones varias).
Resoluciones varias, emanadas de diferentes organismos oficiales (Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, Dirección Nacional de Transportes, Ministerio de Transportes de la Nación, Secretaría de Transportes, Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación) comprendidos entre 1944 y 2001.
Diarios Clarín y La Razón.
Datos obtenidos mediante investigaciones propias.
Agradecemos a los Sres. Aníbal Trasmonte, Ricardo Ferretti, Eduardo Maciel y Sergio Ruiz Díaz la cesión de los datos que hicieron posible la confección de este informe.
Datos adicionales obtenidos mediante investigaciones propias.

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