Curiosísimo
Emigrante
¿Qué
hace la historia de un automóvil que emigró a Estados
Unidos en una página de transporte público de pasajeros?
Fácil: el SIAM - Di Tella, la marca del vehículo en cuestión,
fue, durante parte de las décadas de 1960 y 1970, uno de los
iconos de los automóviles de alquiler por taxímetro porteño,
primos de aquellos taxis colectivos de 1928.
Nos pareció
interesante dar a conocer a este curioso emigrante que, de codearse
en su juventud por las calles porteñas con colectivos Bedford
y Mercedes Benz, por ejemplo, a pasear su clásica estampa por
las calles de Chicago.
Todo comenzó
por un pedido de fotos realizado al sitio, en el cual nos pidieron fotos
de época de taxis SIAM - Di Tella. Enterados del porqué
de ese pedido, le pedimos al dueño del automóvil que nos
cuente su historia. Y nadie mejor que él para relatarla:
Lo compré
en 1997, mientras vivía en Buenos Aires, a un muchacho de San
Fernando. Estaba bastante golpeado por la vida y pasé un par
de años arreglándolo. A poco de sacarlo a la calle,
tras su restauración, me llegó una oferta para trabajar
en Chicago, pues soy ingeniero.
El SIAM en Buenos Aires. El colectivo escolar, Mercedes Benz LO-1114/48
carrozado por Ottaviano Hnos. entre 1978 y 1979 así lo indica.
(Foto: Ernesto Gasulla).
Acepté
y ahí surgió la pregunta: ¿qué hacer con
el auto? Como de todos modos iba a fletar un container con mis efectos
personales, averigué cuánto era el adicional para mandar
el Di Tella, lo que significó pasar al container grande, de
40 pies de largo en lugar de 20. El adicional por volumen de mercadería
en sí es bajo: lo determinante es el costo fijo de fletar el
container (en otras palabras, enviar un container vacío cuesta
casi lo mismo que uno repleto). De modo que ahí salió
el Di Tella.
¿Y qué hacemos con los papeles? El encargado de la mudanza,
despachante argentino que resultó flor de chanta, aunque mis
problemas se terminaron arreglando bien, me aconsejó enviarlo
como un simple mueble usado, no como un vehículo, lo cual eliminó
los gastos de exportación. Para eso hubo que darlo de baja
en el Registro Automotor local. Al hacerlo tuve que entregar el título,
y no pude dejar de preguntarme: ¿y ahora cómo pruebo
que el auto es mío al llegar a los Estados Unidos?. Pero
seguí el consejo y ahí salió el Di Tella a navegar
por el océano.
Al abrir el container en Chicago... ¡oh, sorpresa! Las cuñas
que sujetaban las ruedas estaban mal aseguradas y se soltaron, de
modo que el pobre Siam se pasó el viaje a los golpes contra
las paredes del container. Y de acuerdo con la Ley de Murphy, en uno
de sus golpes le acertó a una cama de hierro, una de cuyas
patas no tuvo mejor idea que caer justo en el capot, así que
cada vez que el Siam se paseaba por el container, la pata agregaba
un rayón sobre el capot. El dibujo final parecía el
garabato de un nene de tres años. Resultado final: paragolpes
abollados y el capot golpeado y rayado.
Pero eso no es problema porque el embarque estaba asegurado... ¿no?
Bueno... a la hora de reclamar, la compañia de seguros que
figuraba en mis papeles declaró que jamás había
oído hablar de mi póliza. O sea que mi despachante practicaba
el deporte de enviar embarques quedándose con la plata del
seguro. Me pidió un par de días y... ¡voilá!
Sacó de la galera una póliza en otra compañia
que pagó los daños sin chistar. No me pregunten cómo
pasó porque prefiero no enterarme. Lo que no pude evitar saber
fue que un año más tarde cuando llamé por otro
tema, mi "amigo" despachante había desaparecido con
la plata de unos cuantos inocentes que pretendían mudarse al
exterior. En fin...
Una vez arreglado el auto (no muy bien, por cierto) llegó la
parte difícil: conseguir un título. En la delegación
de la Secretary of State, que se encarga de estas cosas, miraron los
papeles (traducidos por mí mismo) y declararon que sin un título
original no podían ni considerar el asunto. Las explicaciones
no dieron resultado: es evidente que casos así no les llegan
todos los días. Además, el nivel medio del burócrata
de ventanilla norteamericano es aún más bajo que el
de nuestros ejemplares criollos (créase o no). Finalmente logré
hablar por teléfono con una supervisora de mayor nivel en Springfield,
capital del estado de Illinois (Chicago es la ciudad más grande
pero no la capital) quien me pidió que le envíe los
papeles por correo. Así lo hice, y... ¡milagro! Al mes
y pico recibí el título del auto por correo.
No les quepa ninguna duda, acá la gente lo mira y mucho. Una
pequeña minoría sabe de autos ingleses y lo identifica
como un MG Magnette Mk III (con razón, ya que la versión
argentina es casi idéntica a la inglesa). Algunos norteamericanos
que saben algo de autos lo identifican con un Studebaker, lo que no
es tan insólito ya que el Studebaker Lark de principios de
la década de 1960 tiene una línea bastante similar,
aunque es algo más largo. Otros creen que es un Rambler, porque
los primeros autos de esta marca, allá por fines de los 50,
tenían un vago parecido con el Di Tella.
Y nunca falta
el audaz que dice: ¡Un Amphicar! El Amphicar fue un extraño
aparato anfibio (auto y lancha a la vez) cuyo único parecido
con el Di Tella son los guardabarros traseros con "colita".
Por último, la gran mayoría se rinde y viene a preguntar:
¿qué auto es ése?". Por más detalles
que les dé, la explicación los deja igual de desorientados
que antes, dado que la mayoría nunca oyó hablar de Siam,
ni de la British Motors Corporation, ni de Austin, y quizás
ni siquiera de Argentina...
Le pedimos a su
dueño que nos envíe fotos del automóvil junto a
un ómnibus estadounidense. Juzgamos como de extrema curiosidad
una imagen de un argentinísimo SIAM - Di Tella junto a un bus
yankee. Poco después las recibimos y, como semejante cross
over nos pareció tan poco común, decidimos hacer la
nota y mostrar estas imágenes tan poco comunes, en donde la actualidad
del transporte estadounidense se cruza con uno de los ejemplares más
clásicos de la historia automotriz argentina.
(Fotos: Ernesto Gasulla).
Brindamos, para
cerrar la nota, los datos técnicos de los dos vehículos
que aparecen en la fotografía.
El ómnibus:
Marca Nova Bus (hecho en Canadá)
Modelo LFS piso bajo
Año: 2001 / 2002
Motor: Cummins diesel 8.3 L, 280 HP
Caja: ZF automática
Asientos : 37
Longitud : 12 metros
Ancho : 2.59 metros
Aire acondicionado
La plataforma/puerta delantera sube y baja (para acceso de discapacitados)
Empresa: CTA (Chicago Transit Authority)
Línea: 84 (recorrido: Peterson y Caldwell - Bryn Mawr Red Line
- la foto es en la terminal de Peterson)
El automóvil:
Marca SIAM Di Tella
Modelo Magnette 1622
Año: 1965
Motor: 1.622 cm3, 68 HP
Caja: 4 al volante, primera no sincronizada
Asientos : 4
Longitud: 4.52 m
Ancho: 1.61 m
Aire acondicionado:
únicamente en invierno, abriendo las ventanillas...
Alejandro Scartaccini.
(Sobre textos
e idea de Ernesto Gasulla).
Octubre de 2006.
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