Carrocerías "Talleres El Negro" (¿1953? ¿1954?)

¿Y esta carrocera de donde salió? Se preguntarán ustedes. Nosotros nos hicimos la misma pregunta hace un tiempo, cuando nos llegó el dato que certificaba su existencia.

Su historia nos es casi desconocida, pues sólo tenemos acreditada su filiación (en la calle Belgrano 3068, de la localidad de Mar del Plata) y la fabricación de un único ómnibus, puesto en servicio en la empresa La Sarmiento (prestataria de la línea marplatense local número 16, base de la actual y poderosa empresa 25 de Mayo) en el momento de su inauguración, hecho acaecido en una fecha no determinada de 1954. No nos consta, pero tempoco podemos desmentirlo, que hayan fabricado alguna otra carrocería además de la que aquí presentamos.

Su carácter de "taller" nos indica que seguramente preexistiría, abocado a la reparación de unidades existentes y, tal vez a requerimiento de un socio de la nueva empresa a punto de salir a la calle, han carrozado al menos una unidad frontal del tipo ómnibus, que fue numerada internamente con el 1.

La única foto completa que se conoce de este curioso ómnibus. Obsérvense sus formas poco corrientes y la espartana y poco lucida resolución de su frente. (Foto: Publicación desconocida - Colección Jorge Arcuri).

La única foto en la que se lo ve entero nos presenta un vehículo de líneas estilísticas extrañas, con diseño poco elaborado, tal como los que han realizado muchos pequeños talleres carroceros a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Su lateral se revela como bastante armónico, con ventanillas guillotina que nos recuerdan a las de los ómnibus Leyland MCW de aquella época, pero la total ausencia de baguetas metálicas antiroce o embellecedoras le dan un aspecto de vehículo de juguete y le quita gracia al producto. Tal vez la inclusión de algún elemento metálico que cortara tanta chapa pintada, hubiera realzado un poco su humilde figura.

Es evidente que, en el momento de diseñar y armar el frente, no hubo ningún vuelo imaginativo en la gente de Talleres El Negro. No hay ningún elemento que nos indique que su resolución esté condimentada con un poquito de picardía estilística: sólo se colocaron los elementos indispensables y reglamentarios, como los faros, luces de giro y de posición. La parrilla seguramente fue fabricada con varillas, que fueron pintadas del mismo color de la carrocería (los cromados brillan, pero por su ausencia...).

El único atisbo de ornamentación lo dan las uñas de madera que protegen al paragolpes, implemento que normalmente se aplicaba en las culatas y no en el frente. No parecen estar cubiertas con una chapa cromada, cosa que normalmente se realizaba en las culatas de las unidades que las poseían, sean de la carrocera que fuesen.

Su bandera es muy pequeña (pero ese tamaño no era muy diferente en otros ómnibus de la época) y el parabrisas presenta una inclinación que nos recuerda a los clásicos micros Parlor Coach de procedencia estadounidense, aunque su diseño tiene poco y nada que ver con el de aquellos recordados vehículos. Sólo estan emparentados por el ángulo de inclinación del parabrisas que, con un grado de inclinación determinada, reducía los reflejos de las luces internas del coche y no molestaban demasiado al conductor.

Un detalle llamativo es el ancho de la carrocería, que excede en demasía al del chasis (aparentemente Ford) y le da un gálibo que supera marcadamente al usual de las unidades de ese porte y de esa época. En la foto se alcanza a vislumbrar el diseño de los vanos de la culata, de generosas superficies vidriadas.

Recorte periodístico del día de la inauguración de la empresa La Sarmiento, en donde aparece el (al menos hasta ahora) único exponente conocido de la firma Talleres El Negro junto a otros dos colectivos de la empresa, un Ford y un Chevrolet Sapo. (Foto: Publicación desconocida - Colección Jorge Arcuri).

Como ya dijimos, éste es el único ejemplar que conocemos construido desde cero por Talleres El Negro. Tampoco tenemos testimonio de su calidad, resistencia estructural y de su posterior destino, luego de su radiación.

Hasta ahora es el único exponente de este casi desconocido taller , que ha tenido mucha más suerte que otro enorme lote de pequeños y artesanales fabricantes, que aguardan pacientemente que algún dato circunstancial nos permita rescatarlos de esa oscura neblina de olvido que cubre a parte de nuestro pasado.

Alejandro Scartaccini

Julio de 2009

Agradezco a mi amigo Jorge Arcuri, integrante de la Junta Promotora del Museo del Colectivo, que encontró y nos facilitó este interesante material.