Las
carroceras menos conocidas II
Supernova
Conocemos sólo
3 coches carrozados por esta firma, domiciliada en la calle Ulises 4065,
de la localidad de Santos Lugares, en el Gran Buenos Aires.
Los 3 tuvieron como destino a la misma empresa: Almafuerte, prestataria
de varias líneas provinciales y comunales de las zonas oeste, sud y
sudoeste del conurbano bonaerense.
Se los carrozó sobre chasis Mercedes OF-1215 y datan de 1993. Su styling
tiene reminiscencias de C.N.D. o del clásico modelo de Ugarte sobre
OF-1215, aunque su terminación era algo más tosca. De
los 3 hoy sobreviven 2, que siguen prestando servicio en su empresa
original. El tercero fue recarrozado por La Favorita y también circula.
Foto:Carlos Chamorro |
La Marina
Otra
firma efímera, que carrozó unos pocos colectivos sobre chasis Mercedes
Benz LO-1112 alrededor de 1967. Pocas empresas contaron
con ellos. Podemos mencionar a las líneas 132, 215 (hoy 15), 19 (luego
221, hoy 161) y 302/303 (ambas líneas hoy forman la 152). Su modelo,
único que fabricó, era muy cuadrado para la época y tomó prestadas
ciertas características peculiares de otras carroceras.
Tenía sus ventanillas divididas en dos paños, el superior azul (como
Ala y San Juan) y contaba con ventilete y una pequeña ventanilla delante
de las puertas de ascenso (como El Cóndor).
Estimamos cercana a 15 la cantidad de unidades carrozadas por La Marina.
No conocemos el destino que tuvieron tras ser radiadas de sus líneas
de origen.
El último que circuló fue el de la foto, en el Expreso Rodríguez, prestataria
de la línea 224 de San Antonio de Areco, hasta que fue desafectado cerca
1989.
Foto:Aldo M. Daneri |
De Ridder
Fue una concesionaria
General Motors que decidió carrozar sus propios coches. De allí que
nunca existió un De Ridder sobre otro chasis que no fuera Bedford.
Estimamos
que desarrolló sus actividades entre 1960 y 1963 aproximadamente. Tuvo
un único diseño de colectivo, por demás extraño. Aunque
en realidad tenía 5 pequeñas ventanillas por lado, éstas se ubicaban
dentro de un mismo vano que abarcaba todo el lateral, sin parantes intermedios.
Esto le daba la apariencia de tener un solo gran ventanillón, dividido
en 5 partes.
No fue un modelo muy difundido, tal vez por su no muy agraciada estética.
Viejos choferes la recuerdan como una carrocería endeble y ruidosa.
Tal vez sea el resultado de la falta de parantes entre ventanillas,
lo que le habría restado solidez. Casi
ni rastros han quedado de los viejos De Ridder. Hace pocos años solía
verse a un ejemplar, adaptado como motorhome,
en el barrio porteño de Pompeya.
Colección: Pablo A. Esteve
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