WWW.BUSARG.COM.AR
FUE DECLARADA DE INTERES CULTURAL POR EL GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS
AIRES.
Mucha gente nos ha tildado de locos. Y peor aún: hasta de loquitos. Un diminutivo que puede calificarse
de despreciativo: ni siquiera
nos han reconocido como locos hechos y derechos. Ya contamos sobre nuestras espaldas
con más de 20 años de trabajo en equipo, con la meta de rescatar del
olvido tanto a la historia como a la actualidad del transporte colectivo
argentino. Y hasta hoy, vuelta a vuelta, nos topamos con gente que nos
mira con expresión incrédula, estupefacta y hasta inquisidora, seguramente
preguntándose para qué queremos realmente ese dato, papel o fotografía
que le pedimos con tanta ansiedad. Durante todos estos años nos ha pasado
de todo (no queremos referirnos sólo a los miembros del staff, sino
a todos los aficionados que intentamos rescatar
la historia o registrar el presente del autotransporte) mientras buscábamos
una entrevista en alguna empresa o tomar una simple fotografía en la
calle. Las anécdotas suman centenares, graciosas y de las otras. Atravesamos
por muchas situaciones de diversa índole que creemos interesante darlas
a conocer, pues no fue fácil llegar a este promisorio presente. Nos ha perseguido la Policía por actitud sospechosa (tomar fotos en la calle,
bah) y no sólo la Federal: contamos con varias provinciales en nuestro
haber. Y en algunos casos hasta hemos sido demorados. Hasta la Gendarmería
Nacional nos tuvo en la mira por el mismo motivo. Hemos tenido que soportar ataques de
choferes, asustados ante alguna pregunta realizada o algún disparo de
nuestras cámaras fotográficas. Y algunas veces con innecesaria prepotencia.
E incluso algunos empresarios nos trataron de la misma manera. Y esto
duele, cuando uno está abocado al rescate de su propio pasado que tal
vez, si hubieran pensado un poquito antes de espantarnos, les hubiera
resultado interesante conocer. Tragamos polvo y ácaros a toneladas,
mientras revolvíamos viejos papeles en dependencias oficiales a las
que alguna vez pudimos acceder. Y terminamos llenos de barro mientras
recorríamos ignotos caminos de tierra en busca de algún desconocido
servicio vecinal o de alguna vieja reliquia, cuando alguien nos hacía
llegar algún dato de su ubicación que, para colmo, algunas veces resultaba
inexacto. -¿Y para qué quieren esto? -¿Cuál es el rédito económico? Son las preguntas más repetidas en estas dos décadas
de investigación. Y no faltó, si de rédito económico hablamos, aquél
que quiso hacerse la América a costa nuestra, pidiéndonos una cantidad
de dinero astronómica por una simple fotografía o algún viejo y oxidado
ornamento que alguna vez, cuando nuevo, lució orgullosamente sobre un
colectivo. Hemos sufrido persecuciones y hasta
fuimos atacados a piedrazos. Felizmente, aún no hemos tenido nuestro
bautismo de plomo con balas de verdad. Pero, valga la redundancia, comprendemos
el por qué de la falta de comprensión para con nosotros: La historia nunca tuvo un lugar preponderante
en nuestra idiosincrasia. Para mucha gente, el pasado es algo que
nunca volverá y, en el ritmo de vida que hoy llevamos, el hecho de mirar
para atrás es absolutamente innecesario. Ese ayer, muchas veces añorado,
es sólo un cálido recuerdo en el fondo de la memoria. Pero siempre seguimos adelante. Creemos
que, si sumáramos los kilómetros recorridos por cada aficionado con
el fin de investigar el presente y exhumar el olvidado pasado, el resultante
sería un número de seis cifras. Unas cuantas vueltas al planeta entero. Como siempre, si hay una de cal hay una de arena. Pese a todas las adversidades
y contratiempos relatados, también encontramos apoyo en muchas empresas,
en algunas cámaras del sector y en una enorme cantidad de personas relacionadas,
tanto en el presente como en el pasado, con alguna de las múltiples
vertientes de nuestros transportes. Comenzamos BusARG como un entretenimiento
para los ratos libres, con el objetivo de intentar difundir algo del
acervo histórico recolectado durante todos estos años. Pequeñita primero
y en constante crecimiento con el correr de los meses, jamás nos imaginamos
la enorme cantidad de nostalgia que sería capaz de movilizar. La cantidad
de historias personales relacionadas con el transporte que nos han llegado
es enorme y muchas de ellas son realmente conmovedoras. Recibimos toneladas de elogios, que
dan fuerza para seguir en la ruta,
pese a los aciagos tiempos que atravesamos. Y siempre, despacito pero
sin pausa, continuamos adelante con nuevos artículos, que muchos de
nuestros amigos virtuales, nos consta, esperan con
impaciencia. Y sucedió que, un buen día, gracias
a una gestión de nuestro amigo Pedro Teisa, llegamos al despacho del
Doctor Jorge Enríquez, Legislador de la Ciudad de Buenos Aires. El objetivo era, simplemente, conseguir
información sobre los servicios de las famosas y recordadas Bañaderas de turismo porteñas. Y la charla
inicial derivó en algo completamente diferente. Grande fue nuestra sorpresa cuando
el Doctor Enríquez, tras conocer nuestro trabajo y visitar nuestro sitio,
propuso presentar un proyecto para declararla de interés cultural. No habíamos pensado, en verdad, que
podíamos llegar a tanto. Su equipo de colaboradores armó y presentó
el proyecto entre los meses de agosto y septiembre. Tras su paso por
la Comisión de Cultura, la declaración fue aprobada en la sesión del
20 de noviembre de 2003, con el número 188/2003. No tenemos más que palabras de agradecimiento
para el Doctor Jorge Enríquez y su colaborador Carlos Alter que, además
de redactar el proyecto con buena prosa y excelentes fundamentos, soportó
estoicamente nuestros múltiples llamados para saber cómo iba la cosa. Íntimamente sabemos que
comprendió nuestra ansiedad. Y extendemos nuestros agradecimientos
a Ana y Sofía, sus secretarias, y al resto de su equipo de asesores,
que tan bien nos trataron en nuestras múltiples visitas. Muchas gracias a todos, de corazón. Y lo que más les agradecemos, más aún
que la propia declaración en sí, es que nuestro trabajo, el afán por
preservar y recordar la Historia del Transporte, fuera considerado cultural. Resulta inevitable recordar el ayer
y a la enorme cantidad de personas que menospreció nuestras investigaciones.
También emergen de la memoria los múltiples apelativos que recibimos,
por el simple hecho de tener esta afición por nuestros transportes:
desde los insultos más hirientes al despectivo y reiterativo loquitos. Y ahora, tras este reconocimiento que
nos llena de alegría, no podemos estar más que agradecidos a la vida.
Y mucho. Pues hemos podido demostrar lo que
puede hacer, cuando hay entusiasmo y voluntad, un unido y apasionado
grupo de loquitos... Alejandro
Scartaccini. Cristian Ariel Luna.
|
BusARG.com.ar
- Primer Museo Virtual del Transporte Argentino ] Buenos Aires, Argentina
|
©
Copyright 2006, SoloBUS.ar // Division WEB. Todos los derechos reservados. |