El Rosariazo: una historia silenciada Una de las convulsiones internas más relevantes sufridas por el gobierno de facto del Teniente General Juan Carlos Onganía fue la conocida como El Rosariazo. Es poco conocido el hecho de las cuantiosas pérdidas materiales padecidas por el sistema de transporte urbano rosarino. Numerosos ómnibus y colectivos fueron destruidos, aunque el sistema de trolebuses fue el más afectado: prácticamente fue diezmado. Nuestro amigo y corresponsal en Rosario, Mariano César Antenore, nos ofrece una pormenorizada reseña de aquellos convulsionados días y nos brinda información basada en documentos prácticamente desconocidos. Tiempos de convulsión. La situación política de la República Argentina en los últimos años de la década de 1960, supo de las convulsiones internas que surgieron a partir de 1966, cuando el Teniente General Juan Carlos Onganía expulsó del gobierno al entonces Presidente de la Nación, el radical Arturo Humberto Illia. A partir de allí, la situación social y económica del país se deprimió hasta niveles de alarmante pobreza. Además, el régimen de facto imperante, restringía la libertad de expresión, de prensa, y de todas las libertades individuales en general. Sin embargo percibimos, recorriendo los diarios de la época, que éstos no se adaptaron al gobierno militar y ejercieron una postura opositora, fustigando desde sus editoriales a la conducción nacional a la que se calificaba como nefasta. Por su parte, las entidades gremiales actuaron en franca protesta contra la explotación a la que los trabajadores eran sometidos. La gente común también criticaba al gobierno, sin miedo a lo que podría venir como respuesta a tal atrevimiento. La crisis sobrevino en el año 1969: los reclamos sociales emergieron de manera ininterrumpida. 1969 es el año del Cordobazo, que transformó a la capital mediterránea en un virtual campo de batalla. En ese mismo año se produjeron diferentes levantamientos de carácer estudiantil y obrero, y en mayo comenzó a gestarse el "Rosariazo". En ese mes, en la
provincia de Corrientes, surgió el malestar por el cierre de
comedores escolares, que se transmitió a lo largo del Litoral
y bajó hasta Rosario, en donde se produjo un levantamiento eminentemente
estudiantil, coincidente con la primera gran huelga de los trabajadores
del Riel, explotados por la manu militari que aplicaba por entonces
la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos. La primera fase del Rosariazo
transcurrió en el quinto mes de 1969 con algunos enfrentamientos
que no tuvieron mayores implicancias, pero que sirvieron para gestar
situaciones más severas como las que cuatro meses después
se produjeron. Las causas. El 16 y 17 de septiembre de 1969 fueron los días del Rosariazo. En esas jornadas ocurrieron hechos que son el resultado de estas causas: 1- Reclamos de la Unión Ferroviaria, apoyados por sendas huelgas de La Fraternidad y Señaleros. Solicitaban al gobierno el levantamiento de los castigos al personal sin presos gremiales; abolición de todas las cesantías y dar por cumplida la suspensión impuesta a Mario Horat. -Mario Horat era el delegado administrativo , quien por negarse a firmar notificaciones a obreros sancionados por su participación en la huelga del mes de mayo, fue suspendido-. 2- Sanción del Decreto-Ley Nº 18.360 llamado Nueva Ley Ferroviaria, en donde se planteaba la reestructuración de la empresa y su nueva denominacion: Ferrocarriles Argentinos. 3- Se celebraba el 14° aniversario de la Revolución Libertadora, cuyos actos conmemorativos encolerizaron a los estudiantes secundarios y universitarios; -en uno de los actos, el Almirante Isaac Rojas, señaló que la Revolución fue un acto de amor por la Patria, para librarla de la tiranía de Perón-. 4- Hechos aislados que se produjeron en distintos puntos del país; casi todos ellos contra instalaciones y bienes ferroviarios. Sobre el particular, Crónica (vespertino de Rosario) en su edición del 15 de septiembre, publicó la foto de dos coches ferroviarios quemados y ubicados en una plataforma de la estación Retiro (Buenos Aires) que exhibían un gran cartel que decía: "Estos coches han sido incendiados por los enemigos del país. Ningún argentino que se precie de tal puede destruir lo que es argentino. El daño asciende a $ 200.000.000.- m/n que pagan los contribuyentes. No mire con indiferencia; reflexione sobre estos vandalismos. Éstos eran su medio de movilidad. No deje que ésto se repita; vigile". 5- La C.G.T. Seccional Rosario decretó un paro de treinta y ocho horas a partir de las 10:00 del martes 16 hasta las 24:00 del miércoles 17, en solidaridad contra el atropello del que eran objeto los obreros ferroviarios. 6- La aguda crisis socioeconómica reinante. Desde un mes antes, aproximadamente, los medios de comunicación adviertieron de la posibilidad de que Rosario se convierta en un polo de violencia. El vespertino La Tribuna sostenía, en la sección "Rumores", que se viene un estallido popular de proporciones... Los hechos. El paro dispuesto por la C.G.T. gozaba por anticipado de pleno consenso popular. Además del consabido respaldo ferroviario, adherían: A.T.E., Bancarios, F.O.E.T.R.A., Minería, F.O.E.C.Y.T., Seguros, Gastronómicos, Jaboneros, Carne, S.U.P.E., Alimentación, Luz y Fuerza, Químicos, Papeleros, Vidrio, Panaderos, U.O.M. No adherían, entre otros, los gremios relacionados con los medios de comunicación y la Unión Tranviarios Automotor. Desde las primeras horas de comenzado el paro se produjeron focos de violencia, que tuvieron mayor importancia en la zona del Cruce Alberdi ya que allí desempeñaban tareas más de cinco mil ferroviarios y a partir de las adyacencias de la Plaza Sarmiento. Era inevitable la manifestación, porque no se iniciaba el paro a la cero hora cuando todos están en sus casas, sino a la mitad de jornada, en que los obreros se hallaban en sus puestos de trabajo. En el centro, el punto de reunión fue el Sindicato de Luz y Fuerza, situado en Entre Rios 978. A partir de allí se encaminaron columnas hacia distintos puntos, entonando cánticos en contra del gobierno y exhortando a comerciantes a cerrar sus puertas. Éstos aceptaron a medias. Por su parte, a las columnas se les sumaron grupos de estudiantes. A los choferes del transporte público se los paró e instó a que guarden las unidades. Pero ellos, ya sea porque dependían de la C.E.T.U.P. o de la Municipalidad de Rosario, tenían órden de seguir trabajando. Además, la U.T.A. no adhería al paro. Los transportes públicos fueron los principales objetos de los atentados. Respecto a ésto, el diario La Capital relataba una curiosa "técnica incendiaria": "Algunos manifestantes tenían una forma común de actuar. Se desplazaban en un camión, y cuando seleccionaban la presa a incendiar, aceleraban y la interceptaban, luego de lo cual el pasaje era invitado a desdender, y se procedía a cortar y despanzurrar los asientos, que eran rociados generosamente con nafta. El fósforo era el último paso".
A las 11:00 horas en la esquina de Av. Corrientes y Mendoza fue incendiado un automóvil Citroën 2CV que se encontraba estacionado. A raíz de ello, el trolebús FIAT Nº 1 de la línea "M" -recientemente reparado- vió obstaculizada su marcha y al poco tiempo fue incendiado por los huelguistas. La otra zona beligerante era la del Cruce Alberdi, y desde allí los desmanes se extendieron hacia todo el Norte y el Oeste. Los obreros salieron de las instalaciones ferroviarias a las 10:30 y se encaminaron por Av. Salta pasando frente al local de la Unión Ferroviaria en Salta 3519, en donde entonaron frases en contra de la dictadura de Onganía. También se sumaron los obreros del molino harinero Minetti que se encontraba en las inmediaciones y, ya sobre las vías del Ferrocarril General Mitre que cruzan Avenida Alberdi, procedieron a poner obstaculos de diversa índole, como durmientes, neumáticos, etc., los que eran quemados, llegando en instancias culminantes al incendio de vehículos sobre la traza ferroviaria: allí ardieron dos colectivos de las Empresas Sanlorencinas, otro de la Línea "210" y dos trolebuses "M.A.N." de la Línea "H". No bostante, en el Centro, los hechos de violencia se sucedieron encendiéndose barricadas en las bocacalles con cuanto material inflamable se hallaba; se rompían vidrieras y algunos comercios eran saqueados pero, en derredor de la Plaza Sarmiento, la acción se centraba ante la presencia natural de numerosos ómnibus y trolebuses que allí tenían sus neurálgicas paradas. Así, un colectivo Bedford de la línea "B" fue objeto de atentados que casi ocasionan su destrucción total.
Sin embargo, otras zonas también sufrieron las aciagas consecuencias del Rosariazo: un trolebús FIAT fue incendiado en Av. San Martín y 24 de Septiembre y otros tantos destruídos en la zona de la estación Rosario Oeste, en Av. Mendoza y Paraná. Por su parte el gobernador de Santa Fe, Contraalmirante (R.E.) Eladio Modesto Vázquez, se trasladó a Rosario para ver de cerca lo que aquí ocurría y requirió de inmediato la intervención de la artillería del Ejército. En la Estación Empalme Graneros del Ferrocarril General Belgrano, fue incendiado el tren "El Chaqueño" ,con doce coches procedente de Resistencia. Al finalizar el fuego, el tren fue saqueado. La gravedad de los acontecimientos se percibe en la gran difusión que se les dio en los órganos periodísticos de Buenos Aires. Al no editarse diarios en Rosario durante la huelga, solo se recibía información por parte de La Nación y La Prensa. A propósito de este último, comentaba las opiniones de observadores independientes procedentes de Rosario y llegados a la Capital. El miércoles 17 la ciudad amaneció sin transporte. Aunque las autoridades dieron todas las garantías posibles, los empresarios decidieron no arriesgarse. C.E.T.U.P. y A.I.T.A.P. (entidades que nuclean a los dueños de colectivos) reclamaron al gobierno una represión más severa. Por su parte la Asociación Empresaria de Rosario y los ruralistas culparon al gobierno nacional por la grave crisis socioeconómica que soportaba el pais y que produjo ese estallido, pero a su vez fustigaron la falta de mano más dura para contrarrestar los últimos acontecimientos. Sobre el mediodía arribaron a Rosario tropas de artillería al mando del coronel Leopoldo Fortunato Galtieri, las que se apostaron en diversas instalaciones ferroviarias. Sobre la noche, fue saqueada la estación Rosario Oeste del Ferrocarril General Belgrano, y posteriormente se Ie prendió fuego.
A las 21:00 Hs. del mismo día 17, el comandante del II Cuerpo de Ejército, Gral. de Brig. Herberto Robinson dió a conocer el siguiente comunicado: "A partir de este momento, el Ejército Argentino pasa a cubrir objetivos en defensa del patrimonio de la Nación en la zona de Rosario. Se advierte a la población que en esa misión, las tropas a mis órdenes abrirán fuego sin aviso previo ante cualquier desmán o atentado." El Saldo. El día 18 ya era jornada laborable y aparecieron los diarios, que en su mayoría incriminaban al gobierno como el principal culpable de este descalabro. Crónica tituló esa tarde: Los daños suman cinco mil millones. Las principales pérdidas se registraron en vehículos e instalaciones afectados al transporte automotor de pasajeros. Se destruyeron cuarenta y ocho vehículos.
Por otro lado, la Dirección de Trolebuses de la Municipalidad de Rosario, informó en un comunicado que fueron destruídos once trolebuses, con daños semi-graves otros cuatro coches y diez trolebuses más con daños menores. Asimismo indicó que la Línea "H", hacia el Norte de la ciudad, no funcionaría hasta nuevo aviso a causa de la carencia total de unidades. El servicio de trolebuses se reanudó con sólo veintiseis coches, en la línea "K" , entre Av. Pellegrini y Necochea y Bv. Avellaneda y Av. Mendoza; y en la "M" entre Jujuy y Paraguay y Av. San Martín y Saavedra.
Aunque la actividad comercial se restableció en casi un setenta por ciento, las calles rosarinas presentaban un aspecto desolado. Todavía persistían rumores de nuevos enfrentamientos y La Fraternidad Seccional Rosario, dispuso continuar el paro hasta que se reviesen las medidas disciplinarias. El jueves 18 , el servicio de colectivos se inició a las 7:00 Hs. pero ante amenazas, guardaron a las 12:00. Salieron nuevamente desde las 15:00 hasta la hora 19:00.
La jornada transcurrió con razonable calma; sólo en Villa Maria, provincia de Córdoba, el tren "Rayo de Sol" descarriló a causa de un sabotaje. En las jornadas subsiguientes se produjeron hechos aislados: el viernes 19 por la noche, hubo un atentado contra un tren en Santiago del Estero, y en Rosario se registraron tiroteos y vuelos de reconocimiento en los barrios Sarmiento, Alberdi, Parque Casas y Sorrento y patrullajes en todas las zonas del municipio. El sabado 20 ya quedaron definitivamente restablecidos los servicios del Ferrocarril General Belgrano en Santa Fe. Por la noche, un tren del "Mitre" en Cañada de Gómez fue presa de un atentado. Si bien los servicios ferroviarios ya estaban normalizados, en Cordoba la línea seguía sin actividad. En la capital mediterránea, desde hacía varios días se continuaba con un paro de grandes caracteristicas en el complejo ferro-vial FIAT - Concord, en la localidad de Ferreyra. En Rosario, ya para el domingo 21, la situacion era de normal actividad. Los trolebuses y su "Caja Negra". La portería de la estación "General San Martín", en Av. Pellegrini 2850, llevaba desde los tiempos de la "Mixta" un libro en donde el empleado de guardia asentaba las novedades que surgían en el servicio de trolebuses. Este libro (una especie de "caja negra" como la que tienen los aviones) relata en forma pormenorizada los sucesos acaecidos durante los días 16 y 17 de Septiembre de 1969 y las consecuencias que aquellos acarrearon. Consideramos interesante transcribir textualmente esas novedades: Martes 16 de
Septiembre de 1969,
Una breve reflexión. Estos hechos deben servir para la reflexión en relación a las autoridades, por no garantizar la seguridad del patrimonio común; y en lo atinente a quienes precisamente atentan contra la propiedad pública, porque son ellos y sus semejantes los que se perjudican con la destrucción de aquella, ya que los dirigentes no viajan en transporte público... Mariano
César Antenore |
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- Primer Museo Virtual del Transporte Argentino ] Buenos Aires, Argentina
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