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Extraordinaria rareza mendocina (VIII)
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Los transportes mendocinos del ayer nos sorprenden vuelta a vuelta. Aparecen imágenes de vehículos desconocidos y extraños que vale la pena conocer, como el que nos presenta esta imagen.
Es un Chevrolet C-50 frontalizado, carrozado por La Porteña entre 1969 y 1970 que parece más un micro de larga distancia que uno afectado a una línea con número que en este caso es la 44, un recorrido interurbano que se encontraba en manos de la Compañía Argentina de Transportes General Lavalle, hoy extinta.
Seguramente nuestros amigos conocedores del transporte mendocino podrán contarnos pormenores de este curioso vehículo.
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No recuerdo haber visto varias unidades similares a ésta, debe haber sido una de las contadas que Mordasini y Colonnese construyó así, con las características mencionadas.
La Cia. Gral. Lavalle fue una empresa que hizo patria en Mendoza. Tuvo numerosos recorridos rurales en el Dpto. de Lavalle, en buena parte deficitarios porque eran zonas de fomento y con caminos en pésimo estado. Cuando hacia 1982 se pavimentó la RP N°142, que comunica Costa de Araujo (Lavalle) con Encón (límite trifinio entre Mendoza, San Juan y San Luis), cruzando el desierto lavallino, esta empresa extendió su recorrido hasta ese paraje.
En 1991, al concesionarse el sistema de transporte provincial, la Cía. Gral. Lavalle perdió la posibilidad de operar los servicios que tuvo a su cargo por décadas. A modo de premio consuelo, el gobierno provincial le otorgó una prestación local en San Martín, recorridos de los que ninguna transportista se quería hacer cargo. Allí estuvo un tiempo y después, esa línea -identificada como 240- estuvo en manos de la empresa Pensalfine, oriundos de Palmira, San Martín. En 2004, a mis amigos Rauek les otorgaron esa prestación que mantuvieron poco tiempo. En 2006 se concesionó y quedó a cargo de Dicetur hasta la actualidad (G700).
El borde inferior de la ventana correspondiente a la salida de emergencia quedó más baja que el nivel de antepecho del resto de las ventanas. Presumo que se trató de un error al confeccionar las plantillas para enviar a la fábrica de ventanas. Evidentemente, esa ventanilla debería haber sido un par de centímetros de menor altura que el resto.
Por otra parte, si se fijan en el nivel de antepecho de las ventanas, podrán advertir que las dos anteriores a la puerta de emergencia parecería que quedaron algo inclinadas y no perfectamente horizontal su arista inferior.