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Plateado amigo de los '50, junto al histórico Cabildo
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En esta toma vemos a un legendario ómnibus Mack de Transportes de Buenos Aires, a punto de abandonar la Avenida de Mayo para circundar la plaza homónima. Tras él, se distingue el edificio del Cabildo.
Por su ubicación, podría estar al servicio de la línea 164 (hoy 64), de la 129 (hoy "86 por Laguna") o de la 142 (hoy 8, antes "86 por Liniers")
Esta foto fue tomada a fines de los '50, cuando estos ómnibus vivían sus últimos años bajo el ala del Estado Nacional. En 1961 las líneas de ómnibus a cargo de T.B.A. fueron privatizadas y estos coches pasaron a revistar en las nuevas prestatarias, aunque ya no les quedaba mucha vida útil.
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Motor:
El principal problema era la cámara Lanova.
Estamos hablando de diseños de la década del 40, donde todavía no era muy fácil utilizar el sistema de inyección directa.
Salvo GM en sus motores 2 tiempos y Leyland en 4 (Y algún otro que se me puede escapar), el resto de los fabricantes apelaban al uso de cámaras de pre-combustión.
La mayoría utilizaba pre-calentadores eléctricos. La cámara Lanova prescindía de éstos elementos.
Básicamente, según lo que recuerdo (Tendría que buscar en mis libros) y no está bien explicado en la web, en el momento del arranque, el combustible salía por un sólo orificio de la tobera apuntado a la pre-cámara facilitando el encendido. Luego, en funcionamiento normal, se utilizaban los otros orificios inyectando casi como en un sistema directo, quedando la pre-cámara como reserva de aire (oxígeno) liberándolo en el momento priciso para garantizar una buena combustión.
Este sistema excelente en su diseño no lo era en la práctica. Con poco tiempo de uso por diversos motivos no había forma de arrancar el motor. (Orificios tapados, deformación de la cámara, etc).
La única solución era la "antorcha de fuego" en la admisión aplicada en el garage (Obvio que con carrito de baterías mediante) una vez en marcha no se lo volvía a detener hasta que no fuera imperioso.
Este problema sucedía no solamente acá, también en su país de origen encontramos a varios Mack contemporáneos con el motor reemplazado por unidades Detroit Diesel.
Esto se solucionó allá con la llegada del motor Thermodyne que era inyección directa, circa 1953.
Ruido:
El problema se debe al mal mantenimiento del sistema de transmisión. (También colaboraban los motores en mal estado).
Por el diseño del convertidor, al acelerar el motor, éste comienza a levantar revoluciones rápidamente y -por estar solidaria al volante- la bomba comienza a girar movlendo el fluído hacia la turbina. Al llegar a la franja baja del torque del motor, el aumento de revoluciones se hace más lento hasta llegar al límite del torque donde el sistema cambia a una marcha superior. (En éste caso eran solamente dos).
Si tengo el fluído contaminado o finalizada su vida útil, o si los álabes de la bomba y/o turbina están desalineados o fuera de tolerancia, problemas en el estator; esto producirá un mayor resbalamiento con el consecuente aumento de las revoluciones de motor para hacer el mismo trabajo, por ende el ruido.
Lentos:
No lo eran. Estamos hablando de motores de 180HP.
Es obvio que yo no viajé en los coches en 1948, pero tuve dos compañeros mayores que yo que fueron conductores de ellos, y un mecánico de Lastra "B". (Uno de los conductores era del garage Echeverría, el otro me olvidé).
Recordemos que Transportes de Buenos Aires era una empresa de servicio público. En palabras de los conductores, ellos no salían a robarle el pasajero a nadie ni a competir. Si podían cumplir el horario (Holgado) bien, caso contrario mala suerte.