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Viejos conocidos con detalles interesantes
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A veces recibimos fotos de vehículos que alguna vez publicamos, pero que tienen detalles a veces muy pequeños que hacen que la nueva imagen sea meritoria de estar entre las expuestas.
De hecho, esta es la octava foto que publicamos de este modelo legendario de Transportes Automotores Chevallier con carrocería La Porteña sobre chasis Mercedes Benz O-317, un modelo numeroso y duradero.
Pero... ¿En cuantas fotos, no solo de este modelo y más bien en general, tenemos la oportunidad de ver la vieja patente que otorgaba la Dirección Nacional de Transportes en colores? De hecho, casi en ninguna. Se sabe que era amarilla con inscripciones en negro, pero casi nunca se la puede ver con sus colores reales.
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El que más se destacó en la fotografía fue el que le siguió, un San Antonio que lo utilizaban en todas las publicidades por el servicio “Plateado”.
Tuvo esta única librea que yo recuerde, ya con las letras estandarizadas definitivas, estos tenían el número chapa en la puerta, el que le siguió ya los trajo en el frente. La Chapa Nro. 210 tuvo coches dispares no era habitué de una sola marca de carrocería, salvo dos D.I.C., si mal no recuerdo a cargo del Sr. Benítez.
Su dominio era O-2111. Reciban Uds., todo mi respeto.
Cilio Colonnese era chapista y se radicó en Mendoza a inicios de los 40, también tocaba el acordeón. Fueron sus herramientas para el oficio y este instrumento musical, el equipaje que lo acompañó desde Buenos Aires -su lugar de origen-, cuando decidió vivir y constituir su familia en nuestra Mendoza. Recuerdo que esto lo comentó en un extenso reportaje que le realizó el entonces diario Mendoza, en una de sus ediciones dominicales del mes de diciembre de 1976.
La fábrica, que llegó a tener la nada despreciable producción de 25 unidades mensuales, estuvo activa durante muchos años en calle Víctor Hugo 187, deparmento Godoy Cruz, a metros de las vías del FCNGSM y muy cerca del Hospital Español de Mendoza. Allí funcionó estimo que hasta bien entrados los años 80. Desde mediados de los 70 y en adelante, me parece que solo llevaba a cabo trabajos especiales: ambulancias, furgones bancarios, motor homes, ya que no ví colectivos nuevos, por lo menos desde 1974. En sus mejores épocas, además de la sede central, la empresa poseía varios talleres satélites, que permitían materializar la gran cantidad de encargos de sus clientes, algo imposible de llevar a cabo en su nave principal en función de la superficie limitada disponible.
Al separarse de Mordasini, Colonnese instaló su taller en una vieja bodega sita en Aristóbulo del Valle esquina Alem, distrito Benegas, departamento Godoy Cruz, donde funcionó hasta 1979, año de su cierre definitivo. Durante toda la década del 70 fue éste, sin dudas, el establecimiento carrocero más importante del oeste argentino y el de mayor actividad productiva en dicho sector. Silvio Mordasini, por su parte, continuó operando con la marca La Porteña en sus instalaciones de la calle Víctor Hugo. Sin embargo, la calidad de los productos, así como la cartera de clientes comenzó progresivamente un franco retroceso a partir de la escisión de la sociedad.
Hoy, en las instalaciones que ocupó Colonnese S.A.I.C.A. funciona la empresa Aislantes de Cuyo, dedicada a la producción de polliestireno expandido y lo hace allí desde hace másde 40 años. En el caso de la sede de La Porteña, pertenece desde hace pocos años al servicio de posventa de Surauto, concesionaria Peugeot en Mendoza. Sobre la fachada de este último galpón, a nivel del entrepiso, aun se destaca una serie de ventanas rectangulares de aluminio sin marco envolvente sobre los cristales, que evocan claramente el pasado carrocero del establecimiento e inunda de inevitable nostalgia y recuerdos de tiempos idos a quienes nos apasionan los fierros....
Roberto: buenísimo tu resumen histórico sobre La Porteña. Te lo agradezco muchísimo.