La memoria del Expreso Buenos Aires. Sus carrocerías El Expreso en la memoria. El recuerdo no es un instrumento para atrapar el pasado: el recuerdo es el escenario donde se captaron esos momentos que hoy son pasado (1).Organizar biográficamente una vida en el espacio lleva a armar un plano de fragmentos, de instantes, recorridos, lugares. El recuerdo, señala Walter Benjamin, es lenguaje cuando se vuelve imagen. Aquí no se intenta contar la historia del Expreso Buenos Aires, ya que eso tendría que ver con el correr del tiempo, con el fluir de la vida; sería un intento de biografía y este homenaje al viejo Expreso (que es un homenaje a la memoria) sólo trata de mirar algunos instantes, algunos momentos escogidos, como haciendo zapping entre las imágenes del recuerdo. Los años supuestos (el Expreso que no conocí). "El 5 de enero de 1935, se iniciaron las prestaciones con seis micro-ómnibus International de 22 asientos o 5 unidades de marca no determinada de 20 asientos. Los datos se contradicen y no hemos podido, al menos hasta ahora, determinar cual de las dos versiones es la correcta", señala el artículo sobre la línea 147 (último número de concesión del Expreso Buenos Aires) ubicado en la sección Líneas Porteñas de Ayer, Hoy y Siempre de este website; pero en el archivo gráfico se encuentran las fotografías de las figuras 1 y 3: dos Chevrolet 1935 carrozados por Gerónimo Gnecco con capacidad para 20 pasajeros o 21 si se considera el último asiento contínuo, para cinco pasajeros, sin puerta de emergencia.
En estos endebles micro-ómnibus, merece señalarse la puerta de acceso tipo "ala", que identifica el recorrido de media-larga distancia, el botaaguas o cenefa corrida sobre las ventanillas laterales y la puerta, con el corte propio de la fábrica de carrocerías Gnecco y los particulares boceles o baguetas que dinamizan el diseño. Por la forma, sin corte superior en el plano del vidrio, es posible que las ventanillas sean de "bajar", es decir que se deslizan hacia abajo para guardarse en el lateral de la carrocería. Dos o tres delgadas varillas metálicas impedían sacar los codos por las ventanillas. La flecha pintada en el costado no se repitió en los modelos posteriores del Expreso Buenos Aires, ¿tal vez una reminiscencia de la anterior empresa Flecha de Plata? Aunque la foto no es en colores se identifica el tono de azul de la mitad inferior mucho más claro que el usado posteriormente y que reproduce fielmente el dibujo de Aníbal Trasmonte (Figura 4) basado en una fotografía de los microómnibus Fargo, carrozados por Agosti que tuvo el Expreso Buenos Aires en sus primeros años (figuras 2 y 3).
Los International de 1940: Carrocerías Agosti y Gnecco. A principios de la década de 1940, Expreso Buenos Aires incorporó los nuevos Chasis International, para 28 pasajeros carrozados por Agosti, por ejemplo los internos 14 ó 39 (figuras 5 y 6) y por Gnecco (p.ej. interno 19). El diseño de las carrocerías se adaptaba perfectamente a la longitud del chasis logrando una imagen armónica y proporcionada, a la vez que un vehículo rápido, silencioso y estable, muy apreciado por los usuarios. Estos ómnibus conformaron la imagen de la empresa que, en esos años, fueron mayoría en su parque automotor, acompañados por unos pocos ACLO y Leyland, como el Interno 21 (carrozado por Agosti, al igual que el ACLO interno 2), ambos con volante a la derecha.
El chasis inglés
ACLO no era nuevo en esta compañía, que tenía en
su flota varios ejemplares de preguerra con el volante a la derecha,
algunos carrozados por El Halcón (internos 9 ó 20), por
El Trébol (Nº 6), por Agosti (un solitario interno 2) o
por Gerónimo Gnecco (Nos. 3 y 27, después renumerados
como 43 y 47), pero los chasis que entraron después de la Segunda
Guerra Mundial eran más largos y con el volante a la izquierda. Estos nuevos chasis fueron carrozados por las mismas industrias que los anteriores, pero el diseño se perfeccionó notablemente definiéndose la forma y las proporciones del "ómnibus moderno", aunque la estructura y el forro interior seguían siendo de madera y las ventanas del tipo "guillotina".Q
La figura 7 muestra un ACLO de posguerra con carrocería Gerónimo Gnecco (interno 18), diseño emblemático de la empresa competidora Río de la Plata, que utilizó muchos modelos de esta fábrica (comenzando por los más pequeños y livianos Ford p.ej: internos 1 y 4) a diferencia del Expreso que carrozó en El Halcón el grueso de su flota. Pero Río de la Plata utilizaba asientos altos, con cabezales, tal vez por sus servicios a la Costa Atlántica, en cambio, el Expreso Buenos Aires tenía asientos de espaldar liso. Los grandes ómnibus ACLO carrozados por El Halcón se convirtieron en símbolo e identidad del Expreso Buenos Aires (figuras 8 y 9) como hasta ese momento lo habían sido los International. Sin embargo, el diseño de esta carrocería casi no difería de las producidas por El Halcón antes de la Segunda Guerra Mundial, solamente se perfeccionaron algunos rasgos en la parte delantera confiriéndole mayor agresividad (lo mismo ocurrió con los carrozados por Gerónimo Gnecco) y una particular bagueta o bocel que acentuaba la longitud del coche. Un detalle curioso es el "antifaz" o fileteado alrededor de las ventanillas, que conservó por años el mismo diseño, como un rasgo de identidad de El Halcón.
Es notable señalar que al mismo tiempo de estas búsquedas erráticas, El Halcón producía el avanzado modelo llamado Juan Perón, con estructura metálica y basado en el diseño del ómnibus norteamericano Flxible, aunque sobre chasis Leyland con motor bajo el piso, para El Cóndor y las empresas del grupo ENT. Recién a fines de la década del cincuenta, El Halcón definió un modelo nuevo, con estructura metálica, que el Expreso Buenos Aires adquirió sobre chasis Volvo (internos 5, 8 y otros).
La era Volvo: los años cincuenta. En los años cincuenta, el Expreso Buenos Aires incorporó numerosos chasis Volvo cortos, carrozados por diferentes industrias: El Trébol, que trató de acercarse hasta el límite en la réplica del modelo Aerocoach: el interno Nº 45, sobre chasis ACLO Regal, fue el primer ómnibus con ventanillas corredizas en esta empresa (Figura 10) y luego la serie entre el 52 y el 55, sobre chasis Volvo corto), Cametal (Nº 27, 46, 48 y 51) y Decaroli (Nº 57; Figura12) estas últimas aún con ventanas de guillotina. Pero mientras el Expreso Buenos Aires renovaba y aumentaba su flota con estos nuevos chasis Volvo, recicló algunos antiguos ACLO con volante a la derecha: los coches Nº 3 y 27 como Nos. 43 y 47 e incorporó como interno 50 (figura 13) un viejo ACLO de preguerra con carrocería Gnecco, que a diferencia de las nuevas carrocerías de esta fábrica, tenía las ventanillas unidas en dos grupos de tres con una independiente en medio (compárese con el interno 18 de la figura 7) poco tiempo después, renovado por uno de los Mack urbanos (Nº 26, 50 y serie 59 al 71, Figura 14).
Tanto los Mack
(que mantuvieron la disposición de asientos propia del servicio
urbano de donde provenían) como los nuevos Volvo tenían
asientos bajos, tipo urbano; recién cuando Expreso Buenos Aires
adquirió la empresa La Estrella en 1959, incorporó ómnibus
con asientos altos con cabezal, en coincidencia también, con
un cambio en el corte de la pintura para unificarlo con el de La Estrella:
la parte azul ya no ocupaba la mitad de la carrocería sino solamente
el tercio inferior, la llamada "pollera", con un corte delante
del pasarruedas trasero, que acentuaba el efecto aerodinámico
del diseño, como ilustra la figura 14, un viejo Mack, el interno
62, repintado con el nuevo diseño.
Los cambios en los años sesenta, la adquisición de La Estrella. Después de la adquisición de la empresa La Estrella, en los primeros años de la década del sesenta, Expreso Buenos Aires aumentó su parque automotor con la incorporación de nuevas unidades sobre chasis Volvo, muchos de ellos carrozados por Cametal (por ejemplo el interno 91), otros por El Halcón con su nuevo modelo metálico (coches 5, 8 y el reaparecido número 13, entre otros) que mantenía la tradicional coincidencia de una ventanilla por cada fila de asientos, como en los viejos micros de ventanas de guillotina; pero en los nuevos, la inclinación aerodinámica y la modalidad del vidrio corredizo producían un impresionante efecto de velocidad (como el Flxible, en el que se basó el referido modelo Juan Perón construido -entre otros- por El Halcón) excepto el interno 73, el primero de esta serie con ventanas corredizas unificadas cada varias filas de asientos que llevó al último diseño de esta fábrica, p.ej. el interno 93 (Figura 15) con parabrisas envolvente y ventanas laterales unificadas; un solitario El Trébol, el interno 3 -que fue el primero con el nuevo esquema de pintura- y otro solitario ómnibus EMSI sobre chasis Volvo corto (interno 1), similar a los más grandes EMSI sobre chasis Scania Vabis que utilizaba La Estrella (Figura 16) y algunas carrocerías que no eran comunes en la empresa, por ejemplo Carrocerías El Expreso, como el interno 4 de la figura 17
Más tarde aparecieron unos pocos Scania Vabis carrozados por Decaroli, p.ej. internos 61 y 62, (Figura 18), modelo similar al que también utilizaba La Estrella (figura 19) pero con la puerta detrás del tren delantero. Este fue un notable avance en el diseño de las carrocerías: estructura metálica, ventanas corredizas integradas, persianas protectoras del sol en aluminio anodizado y asientos reclinables, algo nuevo en el Expreso Buenos Aires, que tenía que competir -difícilmente- con los nuevos ómnibus de Río de la Plata que disponía de estas mismas carrocerías sobre chasis Mercedes Benz con motor en la parte trasera, reconocidos por los usuarios como más serenos y silenciosos. Esta alianza entre Río de la Plata y Mercedes Benz señaló en inicio del fin del Expreso Buenos Aires que en sus alianzas con Scania Vabis primero y con Pegaso después, no logró un tipo de ómnibus apropiado para atender su tradicional y prestigiosa línea a La Plata.
Los camellos de Cametal. Con la compra de La Estrella, cambió el perfil del Expreso Buenos Aires. Por una parte, la industria rosarina Cametal se definió como la principal proveedora de carrocerías y por otra parte, las diferentes modalidades de los servicios entre la media distancia que atendía el Expreso y la larga distancia de La Estrella crearon una notable ambigüedad en el tipo de unidades que incorporaba el Expreso Buenos Aires, una actitud peligrosa para la estabilidad empresarial. Esta ambigüedad fue aprovechada por Río de la Plata, la empresa competidora en las líneas de media distancia entre Buenos Aires y La Plata, que además operaba servicios a los cercanos balnearios de la costa atlántica. Mientras que el Expreso Buenos Aires incorporaba grandes unidades Scania Vabis, pesadas incluso para sus nuevas líneas a la costa, Río de la Plata adquiría los ágiles y livianos Mercedes Benz O-140, aptos para los viajes a La Plata a la vez que, confortables, serenos y rápidos en las líneas a las playas. Es curioso que esta indefinición en el tipo de ómnibus empleado no se presentó en La Estrella que en un gran esfuerzo de modernización de su parque automotor incorporó, en 1962, treinta ómnibus Volvo, con motor bajo el piso carrozados por Cametal (figura 21) numerados a partir del interno 201. La nueva concesión provincial de La Estrella entre La Plata y Bahía Blanca utilizó, numerados a partir del interno 1 (como exigía la ley de la Provincia) las mismas carrocerías sobre chasis Scania Vabis con motor en el frente y eje delantero retirado, que más tarde utilizaría intensamente el Expreso; la parte provincial de La Estrella también incorporó algunos Scania Vabis con motor trasero, carrozados por Cametal con las insólitas ventanas trapeciales, p.ej. interno 3.
El siguiente modelo que desarrolló Cametal fue incorporado a los parques automotores de ambas empresas; en La Estrella sobre chasis Volvo de motor central y después, en algunos pocos Aclo de motor bajo el piso (figura 22) y en el Expreso Buenos Aires -un modelo de carrocería ligeramente anterior- sobre el Scania Vabis de motor al frente y tren delantero retirado (p.ej. interno 5). Este modelo de Cametal fue apodado "falso camello", ya que el desnivel se mostraba solamente en las ventanillas, siendo el techo plano y el piso resuelto en una pendiente contínua, como un cine, en el decir de los usuarios. Pese a su extraña apariencia, este ómnibus tuvo uno de los más confortables interiores de la época, con una excelente calidad de acabados y un óptimo diseño anatómico de los asientos en símil cuero negro, que se mantuvo en las futuras carrocerías tipo camello y doble camello. El primer camello que tuvo el Expreso Buenos Aires fue el interno 146, inicio de una larga serie carrozada por Cametal sobre chasis Scania Vabis con motor al frente y puerta por delante del tren delantero (Figura 23). Pero el motor en el frente era ruidoso, caliente y dificultaba el acceso; sin dudas la excelente carrocería de Cametal no era compatible con este chasis y se acentuaba una vez más la diferencia con la competidora Río de la Plata y sus ágiles Mercedes Benz O-140.
Con estos grandes ómnibus, que el Expreso denominó "Camellos Imperiales", se intensificó el servicio a las playas de la costa atlántica y se conformó una nueva imagen de la empresa. La segunda serie de camellos también fue carrozada por Cametal pero sobre chasis Pegaso con motor delantero y eje detrás de la puerta. El resultado fue mucho más exitoso que los anteriores Scania Vabis ya que en estos, los desniveles del piso y del techo se producían más atrás, quedando en el nivel más bajo dos filas de asientos, es decir una ventanilla completa además de la pequeña junto a la puerta.
No hay dudas de que este diseño fue el más logrado de toda la serie de camellos producida por Cametal y quizá haya sido uno de los más elegantes y proporcionados ómnibus construidos en Argentina, con sus largas ventanas unificadas en una sóla línea en cada uno de los dos escalones de la carrocería y su adecuado corte de pintura que acentuaba el efecto dinámico. Pero esta expansión en las líneas de larga distancia fue en detrimento del servicio entre Buenos Aires y La Plata (numerado como 147 por la Secretaría de Transportes de la Nación). Era evidente que estas prestaciones de media distancia, incluso la línea suburbana a Solano no podían atenderse con este tipo de vehículos, antieconómicos e incómodos para dicha modalidad. Finalmente, en 1973 el viejo Expreso Buenos Aires, símbolo de los viajes entre Constitución y La Plata durante más de treinta años, transfirió estas líneas a su eterna competidora, la empresa Río de la Plata, que las incorporó a su concesión 129 y las atendió con los ágiles Mercedes Benz O-140, primero los camellos carrozados por El Detalle y DIC y luego los nuevos DIC Panorama, también doble camello.
Juan Carlos Pérgolis Bogotá, noviembre de 2004. (1) Walter
Benjamin. Crónicas de Berlín. Paidós, Barcelona.
1995 |
BusARG.com.ar
- Primer Museo Virtual del Transporte Argentino ] Buenos Aires, Argentina
http://www.busARG.com.ar [ info@busarg.com.ar |
![]() |
![]() |
©
Copyright 2006 SoloBUS.ar // Division WEB. Todos los derechos reservados.
Division: Soluciones en Diseño Web Web: http://www.solobus.com.ar - E-mail: info@solobus.com.ar |