Sabemos de numerosas partidas de vehículos, tanto urbanos como de larga distancia, que fueron enviados a nuestro vecino trasandino desde comienzos de la década de 1970 hasta fines de la de 1990.

Lamentablemente no poseemos mucha información sobre las primeras remesas, que creemos no fueron muchas. Invitamos a nuestros colegas chilenos que puedan aportar datos a participar, para que juntos podamos ampliar esta reseña.

Tenemos una nebulosa informativa que se cierne sobre las primeras entregas de coches urbanos argentinos. Toda nuestra data de aquella época se compone de un par de fotos sueltas y algunos datos deslavazados. No obstante, estimamos la llegada de los primeros envíos entre 1970 y 1972: no tenemos constancia alguna de entregas anteriores a esos años.

Solo encontramos algunos testimonios gráficos que atestiguan la existencia de unos pocos colectivos argentinos, en general sobre chasis Mercedes Benz LO – 1112 ú 1114, desparramados por diferentes regiones del país (fig. 1).


Creemos que estos primeros intentos de exportación no movilizó una gran cantidad de unidades hacia nuestro país vecino. No encontramos un modelo de comienzos de la década de 1970 que haya tenido buena penetración en el mercado chileno.

Pero esta situación cambió hacia 1975 ó 1976, cuando llegaron los primeros colectivos Mercedes Benz LO – 1114 carrozados por El Detalle, que serían conocidos en Chile con el mote de "Pininas" y que tal vez hayan sido exportados por centenares.

Su estampa fue parte del paisaje en las principales ciudades chilenas, durante las décadas de 1970 y 1980. A comienzos de la década siguiente la mayoría fue relegada a servicios secundarios o a ciudades más pequeñas. Su éxodo de la ciudad capital, Santiago, fue masivo debido a una reglamentación de las autoridades, que limitaron la edad de las unidades del servicio urbano y prohibieron la circulación de las más antiguas, entre las que se encontraban las ya vetustas pininas que, junto a una enorme cantidad de vehículos obsoletos, fueron depositados en enormes playones tras su incautación.

De estos dos modelos base surgieron un montón de rarezas, producto de reformas de diversa índole. En el coche de la fig. 4, por ejemplo, se modificó su frente y culata. El resultado es un producto más parecido a un modelo chileno que argentino, cuyas ventanillas son lo único que delatan su pasado de pinina.Una costumbre muy arraigada en Chile es el reciclado de las antiguas carrocerías, que se montan sobre chasis más modernos para continuar en servicio durante muchos años más, algo que resulta bastante más económico que la adquisición de una nueva.

Es el caso del coche de la fig. 5, donde claramente se aprecian las clásicas formas pininescas de la carrocería pese a estar montada sobre un chasis mucho más moderno, un Mercedes Benz 809 de comienzos de la década de 1990.

Durante los dos primeros tercios de los ´80 el flujo de buses argentinos exportados decreció. Fue bastante visto un modelo de minibús construido por Decaroli sobre chasis Mercedes Benz 608 ó 708 D, de estética no muy feliz (fig. 6), además de otros modelos llegados a Chile en pequeñas partidas. Sobre el final de esta década comenzó otra oleada exportadora, que tendría a Carrocerías Bus como su principal protagonista.

Entre 1988 y 1989 llegaron las primeras unidades, sobre chasis Mercedes Benz OF 1214, con algunas diferencias con respecto a los modelos destinados al mercado argentino, como las ventanillas (con una pequeña parte superior movible y la inferior, más grande, fija) y el tamaño: se conocen algunos ómnibus de tamaño standard y otros más chicos, con un formato no visto en la Argentina (fig. 7).

Comenzados los ´90 Bus actualizó su oferta con el modelo Tango sobre el Mercedes OF – 1215 de motor delantero (fig. 8) y con el standard, con chasis Mercedes Benz OH – 1315. Hacia 1995 llegaron coches con el nuevo formato de trompa, montado sobre la nueva línea OHL - 1320 en este caso (fig. 9), en lo que fue el último restyling antes de que esta carrocera cerrase sus puertas.

El mercado chileno fue muy importante para Bus hasta el mismo día de su cese de actividades. Durante gran parte de su existencia el comercio con nuestro país hermano fue fluido y sus productos fueron muy bien recibidos. Tanto es así que tras su cierre fue adquirida por un establecimiento carrocero chileno (Metalpar) y aún hoy está en plena producción como Metalpar Argentina...

Pero Bus no fue la única carrocera que hizo pie en Chile durante la década de 1990.

Hacia 1993 salieron a servicio los primeros OA 101 que El Detalle exportó a ese país. Fueron equipados con motores Deutz o Cummins y se conocen dos tamaños diferentes: uno con largo de chasis medio y dos puertas (fig. 10) y otro con chasis largo y tras puertas. Su formato difiere de los modelos standard vistos en Argentina: son más altos y sus ventanillas poseen una parte móvil pequeña si las comparamos con los modelos argentinos. No sabemos en cual de las plantas fabriles que posee El Detalle se fabricaron estos ómnibus, si en la argentina o en la brasileña. Nuestra duda parte de su styling, que lo asemeja más a un producto brasileño que a uno genuinamente argentino.

Entre fines de 1997 y comienzos de 1998 comenzaron a circular en Santiago unos elegantes Mercedes Benz OHL – 1420 carrozados por La Favorita (fig. 11). Se nos presentan por demás curiosos, por el hecho de que esta firma nunca se caracterizó por comercializar sus productos en el exterior.

Si bien sus formas generales se aproximan bastante a la de los vehículos que se comercializan en el mercado local, difieren sus ventanillas y sobre todo sus puertas, que cuentan con cuatro hojas.

Por aquellos años La Favorita diseñaba sus coches con puertas de dos hojas. Inclusive dotaba a sus ómnibus con puerta de descenso central de dos puertas de dos hojas en lugar de una de cuatro. Recién a mediados de 1998, con la llegada del chasis semibajo OH – 1621 L de Mercedes Benz, las adoptaría como de uso corriente. Este solitario modelo, no visto en nuestro país, se presenta como un curioso antecedente.

No tenemos clara la situación actual en lo que a exportaciones a Chile se refiere. Sólo tenemos referencias de que Metalpar Argentina habría comercializado algunos de sus productos en nuestro país hermano. Tal vez nuestros colegas chilenos puedan ayudar a actualizar nuestros datos.

El sistema de transporte de media y larga distancia chileno tiene la particularidad de que, a lo largo de su historia, la mayoría de los vehículos aplicados a este tipo de servicios fueron de origen extranjero.
El poco desarrollo de la industria automotriz local ha incidido para que la fabricación de unidades para este segmento del transporte automotor sea prácticamente nula. Salvo aisladas excepciones, la industria chilena nunca incursionó en este segmento del mercado.

Y, pese a las inmejorables posibilidades para el comercio originada en el hecho de ser países limítrofes, lamentablemente la participación de los productos argentinos en este mercado ha sido muy pobre.
La industria argentina tuvo su breve cuarto de hora de gloria durante la década de 1970, de la mano de la exitosa combinación de los chasis fabricados por Decaroli Cantábrica (DECA) y los motores Deutz.

Se exportaron muchos chasis, vestidos por diferentes establecimientos carroceros. D.I.C. fue una de las principales participantes de este negocio. Su primer modelo conocido, comenzado a producir alrededor de 1971 (fig. 12), se nos presenta extraño por sus formas excesivamente rectilíneas que nada tienen que ver con los clásicos camello y doble camello que se consumían ávidamente en nuestro mercado. El segundo y más conocido en las rutas chilenas no fue ni más ni menos que una versión muy poco vista en nuestro

país del modelo Panorama, convenientemente adaptado para el gusto chileno, sin pronunciados desniveles (fig. 13). Este modelo fue muy criticado por los transportistas, debido a la fragilidad de la carrocería en su parte trasera, muy propensa a las roturas.

Sin embargo, el modelo más recordado y querido de los Deutz chilenos fue el carrozado por San Antonio (fig. 14), que desembarcó en muchas empresas entre 1974 y 1977 aproximadamente.

Fue muy apreciado debido a la solidez de su carrocería, la incomparable suavidad de su andar y su excelente aislamiento acústico. Fue uno de los pocos modelos de doble camello que logró cruzar las fronteras de nuestra patria y duró muchos años en las flotas de muchas empresas trasandinas.

En 1979 arribó uno de los últimos modelos conocidos sobre DECA – Deutz: el modelo Nahuel II de Cametal, visto aún en servicio hace muy poco tiempo (fig. 15). Este es el modelo argentino más moderno exportado al mercado chileno del que nos conste su existencia

Y de entre tantos Deutz emerge solitario un grupo de FIAT carrozados por Cametal entre 1972 y 1975, con un styling desconocido de nuestro lado de la cordillera (fig. 16). Se presenta como algo extraño si lo comparamos con los Cametales clásicos. Se reconoce su trompa, vieja baqueana de nuestras rutas durante muchos años.

Creemos desperdiciado este mercado, pero con las desventajosas condiciones económicas de los últimos tiempos nada se ha podido hacer contra los poderosísimos establecimientos carroceros brasileños, que desde hace décadas inunda Chile con variados exponentes de su industria.