Línea 290

Actual prestataria: Micro Omnibus Ciudad de Brandsen (absorbida como ramal de la línea 388)

Prestataria histórica: Expreso Loma Verde

Conocemos muy poco de los inicios de esta línea que, nos consta, inició sus actividades durante 1949, tal vez haciendo un servicio local de poca envergadura en el partido de General Paz (con base en la pequeña localidad de Loma Verde) para luego prolongar a la ciudad de Brandsen (en una fecha que no conocemos) y transformarse de hecho en una línea provincial.

Su concesión habilitante, número 90, fue otorgada el 31 de marzo de 1966 pero, desde mucho tiempo antes (hacia 1954 ó 1955) el señor Miguel del Carmen Guzmán explotaba la línea bajo la razón social Expreso Loma Verde, con un colectivo Chevrolet de 1946.

La primera unidad del Expreso Loma Verde conocida descansa junto a la casa del propietario de la línea. (Foto: gentileza Miguel A. Guzmán).

La adquisición de esta primera unidad tuvo ribetes pintorescos, pues fue impulsada por la esposa del emprendedor transportista, llamada Hilda Eulinda Rodríguez, mediante la venta de una herencia que le dejó su padre: un lote de vacas. Cuando recién casados, Miguel no tenía un trabajo fijo y a su esposa se le ocurrió comprar el colectivo para hacer excursiones, pero la familia no disponía del dinero necesario para comprar la unidad, por lo tanto negociaron las vacas y obtuvieron el efectivo para lograr su objetivo: su primer colectivo.

En un primer momento, Guzmán se dedicó a los servicios que hoy denominaríamos charter y realizó numerosas excursiones. Cuando llegó la oportunidad de adquirir el piso del recorrido entre Brandsen y Loma Verde, el colectivo de Guzmán era bien conocido en la zona y en la localidad de Ranchos, destino de numerosos viajes que realizaba.

Siempre la línea contó con un solo vehículo en servicio y otro en reserva a partir de la adquisición del segundo coche, pues cuando se adquiría la unidad nueva la otra quedaba ociosa a la espera de su venta y, eventualmente, reemplazaba a la titular ante un problema mecánico.

Los primeros tiempos no fueron fáciles, sobre todo por la precariedad de los vehículos en servicio. No faltaba la oportunidad en la que el viejo Chevrolet se empacaba y se negaba a arrancar. Una vez, en un taller, ante la imposibilidad de darle arranque, el mecánico recurrió al arbitrio de echarle un chorro de ginebra (¡Sí! ¡Ginebra!) en el carburador... ¡Y el coche arrancó! Que baste esta anécdota para graficar las condiciones en las que, diariamente, Don Guzmán debía encarar su tarea.

Con la renovación de su primera unidad la cosa no mejoró mucho, porque el coche nueva también tenía sus añitos encima: se trataba de un viejo Ford francés equipado con un motor gasolero (presuntamente un Perkins chico). La gente lo bautizó con el mote de Sandía, por el color verdoso elegido para su techo (cuya redondez le daba el aspecto de una auténtica sandía) aunque, con el tiempo, perdió el apodo pues toda su sección superior fue repintada de marrón.

El Ford francés carrozado por Agosti fue sorprendentemente longevo: sobrevivió hasta mediados de la década de... ¡1980! Pese a que luce su techo de color marrón, aún puede observarse el verde sandía en su puerta. (Foto: gentileza Miguel A. Guzmán).

Tampoco fue fácil encarar las prestaciones con el Ford gasolero, porque también tenía sus bemoles. Bien sabido es lo retobados que pueden ser los motores Perkins a la hora de arrancar en el frío, por lo que Don Guzmán solía tomarse la molestia, los días con bajas temperaturas, de despertarse cada dos horas para darle arranque y calentar un poco el motor. Y no faltó la oportunidad que, al darle ignición a las 10 de la noche, arrancaba; también a las 12, a las 2 y a las 4 de la mañana, pero cuando llegaba la hora de ponerse en marcha, a las 6 de la mañana, se negaba a arrancar...

Cuando esto sucedía, toda la familia se levantaba a empujar. Si no alcanzaban los esfuerzos familiares, solían llamar a los vecinos para que ayuden y, buena parte de ellos, acudían presurosos (y somnolientos, imaginamos).

Y los vecinos no sólo ayudaban a la hora de empujar: el hijo de Don Guzmán, también llamado Miguel, guarda el recuerdo de de una persona de apellido Bernazza, que trabajaba en un tambo y se levantaba muy temprano que, si se percataba de la proximidad de una tormenta, se apresuraba a avisar para trasladar el colectivo a la bocacalle asfaltada y evitar que, ante una tormenta de proporciones, quedara encajado en el barro e imposibilitado de salir.

Lo curioso era el método para avisar de la tormenta: a los cascotazos limpios contra el techo de chapa de los Guzmán. Era imposible no escucharlos y toda la familia se levantaba para llevar a La Sandía al asfalto.

Puede llamar la atención, hoy día, la impresionante solidaridad de los vecinos ante cualquier inconveniente, pero los servicios del Expreso Loma Verde eran muy apreciados por los habitantes de la localidad homónima, pues su tarea no se limitaba a llevar y traer pasajeros: también oficiaba de comisionista, de mensajero de la única estafeta postal del pueblo, de transporte de los diarios matutinos, o de "cadete" de trámites bancarios o de pago de impuestos en Brandsen. Don Guzmán y su Expreso eran muy queridos en el pueblo, ya que diariamente brindaba no sólo un servicio público, si no una gran ayuda a toda la comunidad, lo mismo que el único taxi de Loma Verde, explotado por Miguel Padrón y posteriormente por su hijo Horacio.

A fines de la década de 1960 llegó el reemplazo del cansado Ford Francés: un Bedford carrozado por La Estrella de 1962 que probablemente haya pertenecido a la empresa marplatense El Libertador.

Vista del Bedford tomada en 1978, durante sus últimos tiempos de servicio en la línea 290. (Foto: gentileza Miguel A. Guzmán).

Pese a llegar la nueva unidad, el viejo Ford continuó muchos años más en la empresa, utilizado para realizar algún servicio charter o como reemplazo, ante alguna eventualidad mecánica del coche titular. Estas eventualidades aparentemente sucedían muy a menudo, porque el Bedford, rápidamente, recibió dos sobrenombres que no dejan lugar a dudas: El Por Si Llega o Arrancá, si querés.

Pese a que el desempeño del Bedford aparentemente no fue muy brillante duró unos cuantos años en servicio: su relevo llegó el 18 de julio de 1978.

El Ford francés y su reemplazante posan para la foto, a poco de la llegada del Bedford al Expreso Loma Verde. Obsérvense, en el coche más nuevo, los filetes claros que no se ven en la foto de más arriba, lo que aumenta aún más su aspecto de "ex El Ibertador". (Foto: Miguel A. Gómez).

Se trató del primer Mercedes Benz de la empresa, carrozado por Mitre entre 1965 y 1966, sobre el fiel chasis LO-1112/48. Originalmente no contaba con puerta trasera, pero fue abierta posteriormente por su primera dueña, que aparentemente fue la empresa Flecha de Oro, prestataria de la hoy desaparecida línea 520 de La Plata.

Vista parcial del primer Mercedes Benz del Expreso Loma Verde, en una de las únicas fotos que conocemos de él. (Foto: gentileza Miguel A. Guzmán).

Fue el cuarto coche que llegó a la empresa y por eso se lo numeró internamente como 4. Pese a sus buenas prestaciones no duró mucho, porque le aguardaba un triste final.

A las 6.50 de la mañana del 20 de abril de 1981 había salido, como todos los días, de Loma Verde rumbo a Brandsen, como siempre cargado de operarios de la hoy desaparecida firma Sasetru. A llegar a la fábrica, ubicada sobre la ruta 215, desciende parcialmente el colectivo a la banquina para que bajen los obreros.

Al no haber refugios ni banquina amplia el coche quedaba muy pegado a la ruta o, a veces, montado parcialmente en ella. En el instante que bajaban los pasajeros, a las 7.15 de la mañana, un camión cargado con 1200 bolsas de cal enganchó al colectivo del lado de la ruta, lo arrastró y, al darse cuenta el camionero que había chocado al colectivo, volanteó a la izquierda y eyectó al colectivo hacia adelante.

Por el golpe cruzó la ruta y se dirigía hacia un zanjón profundo, pero Don Guzmán pudo enderezarlo hacia la ruta y evitó una tragedia mayor. No obstante, un pobre hombre que acertó en pasar delante del colectivo justo en el momento del impacto, fue arrastrado y falleció instantáneamente. También se registraron 7 heridos.

El coche quedó irrecuperable. La carrocería se desplazó hacia adelante y, además, el camión hundió la carrocería de tal manera que la culata quedó a la altura del eje trasero. Por lo tanto, la 290 se quedó sin unidad titular y debió recurrir a la suplente, que era, ni más ni menos que... ¡el viejo Ford Francés, la Sandía!

El viejo Fordcito volvió a la ruta en pleno 1981 y circuló unos dos meses, hasta que Don Guzmán pudo volver a adquirir otro colectivo en medio de una terrible crisis financiera, producto del desgraciado accidente.

Gracias a la providencial aparición de un vendedor que cerró la operación de palabra, sin un peso por adelantado y sólo mediante la firma de pagarés, Don Guzmán pudo adquirir una nueva unidad, el 28 de junio de 1981: un Mercedes Benz LO-911 carrozado por San Juan en 1970, tal vez proveniente de la línea 37 porteña o de la 501 comunal del partido de Pilar.

Con la llegada de la nueva unidad se jubiló definitivamente al viejo Ford francés, que en adelante sólo fue utilizado de manera esporádica, por alguna defección del coche titular. Su final llegó hacia 1984, cuando lo permutaron... ¡por una cortadora de pasto naftera, pelo a pelo! (N. del A.: de haber sabido de semejante negocio en ciernes... ¡Qué oportunidad perdida!). En ese momento se perdió su rastro para siempre.

La nueva unidad, que sustituyó al malogrado "1112" y relegó al viejo Ford francés al banco de suplentes. Pese a que el paso de los años y la digitalización de la imagen alteraron la tonalidad del color verde, es de sospechar que esta unidad pudo haber circulado en Buenos Aires (en la línea 37) o en la localidad de Pilar (en la línea 501 local, llamada Tratado del Pilar). (Foto: Gentileza Miguel A. Guzmán).

Poco después de la venta del Fordcito llegó otro Convencional LO-911 carrozado por San Juan a la 290, pero de 1972 y proveniente de la línea porteña 56. Durante un tiempo, los servicios se prestaron con los dos coches parientes, pintados tal cual llegaron de sus líneas de origen.

La flota entera del Expreso Loma Verde en una sola foto, en donde aparecen los dos Convencionales fabricados por San Juan. A la izquierda aparece la nueva unidad llegada de la 56 y, entre ambos, posa Don Guzmán. (Foto: Gentileza Miguel A. Guzmán).

En junio de 1985 se renovó el coche más viejito, el de 1970, casualmente por otro San Juan, pero de 1973 y carrozado sobre el chasis LO-1114 de Mercedes Benz. Poco después se entregó el segundo convencional, el amarillo, y la responsabilidad de mantener el servicio recayó en la unidad más nueva.

La única foto conocida del primer "1114" del Expreso Loma Verde es ésta, que lamentablemente no tiene la calidad deseada. No obstante, es hasta ahora el único testimonio de su existencia. Nos desconcierta su librea, con la cual llegó a la 290 desde una línea de origen que hasta ahora desconocemos. (Foto: Gentileza Miguel A. Guzmán).

Durante 1987 se iniciaron conversaciones con representantes del Expreso Cañuelas, prestataria de las líneas 51, 154 y 186 de concesión nacional, con el fin de transferirle la concesión 290 e integrar a Don Guzmán como accionista de la empresa. La intención de la Cañuelas era tramitar la extensión de la 290 hasta Glew, con el fin de contrarrestar la creciente influencia del Expreso Ciudad de Brandsen, que había alargado (presuntamente sin autorización o con la tolerancia del Ministerio de Obras y Servicios Públicos provincial) su línea 500 desde Brandsen a Alejandro Korn.

Esta extensión tenía notable éxito y el Expreso Cañuelas había perdido muchos pasajeros, por lo cual se pensó en la 290 a la hora de armar una estrategia para obstaculizar el desarrollo del Expreso Ciudad de Brandsen.

Al año siguiente gente del Expreso Ciudad de Brandsen llegó a Loma Verde con el fin de proponer una sociedad para explotar conjuntamente el servicio de la 290, lo cual acarrearía que se le otorgara a Don Guzmán permiso para circular también en uno de los recorridos de la línea 500, que unía Brandsen con Jeppener.

Mientras se desarrollaban las negociaciones, el 19 de mayo de 1988 personal del Ministerio de Obras y Servicios Públicos apoyado por la Policía provincial se presentó ante Don Guzmán y le comunicó la caducidad de la concesión del Expreso Loma Verde. Además, la resolución autorizó al Expreso Ciudad de Brandsen a cubrir el piso de la 290.

A partir de ese momento se desarrollaron intensas gestiones con el fin de recuperar la concesión, lo cual finalmente lograron el 30 de noviembre de 1989, cuando fueron informados de que a partir del día siguiente deberían retomar los servicios y, al mismo tiempo, el Expreso Ciudad de Brandsen debería discontinuar los suyos.

En el medio, la familia Guzmán pasó muchísimas privaciones y lograron llevar los trámites adelante con malabarismos monetarios increíbles, porque hasta el costo del viaje entre Loma Verde y La Plata implicaba una erogación que los Guzmán no podían afrontar.

Gracias a la buena voluntad de algunos vecinos, los trabajos temporarios que conseguían los Guzmán que a veces redituaban sólo monedas (cuidar vacas o moler ladrillos, por ejemplo) y la tenacidad de Doña Hilda, que recaudaba dinero para los pasajes a La Plata vendiendo huevos en el pueblo, se lograron llevar los trámites adelante y el Expreso Loma Verde recuperó su concesión perdida.

El 1º de diciembre fue un día de fiesta en Loma Verde. A la salida del primer servicio los vecinos festejaron con alegría y el colectivo, a los bocinazos limpios, se abrió paso por el pueblo cubierto por aplausos, rumbo a Brandsen.

Pero la restitución de la concesión era de carácter precario y estaba supeditada a la renovación de la unidad en servicio (aún se contaba con el 1114 de 1973, el verde con techo negro) y a la adquisición de una segunda, que debería estar en reserva en carácter de coche auxiliar. Y hay que pensar que, luego de un año y medio sin trabajar, la situación no era, digamos, propicia para ni siquiera pensar en comprar un colectivo y menos aún dos, obviamente.

Los días pasaron y se acercaba la fecha límite para la renovación de la unidad en servicio y no se había logrado hacer nada al respecto. Los Guzmán pensaron que perderían la línea definitivamente, pero justo a tiempo la suerte estuvo de su lado.

Durante el desarrollo de los trámites para recuperar la línea, Miguel A. Guzmán, el hijo del fundador del Expreso Loma Verde, se encontró con el entonces Presidente del Expreso Cañuelas, el Señor Oscar Sánchez, en la localidad de La Plata.

Charlaron de la situación de la línea y Miguel le pidió una mano para poder recuperarla. Su intención era pedirles una ayuda respecto a poner en condiciones el colectivo existente (reparar y pintar su carrocería), pero no llegó a decírselo, porque un voy a ver qué se puede hacer interrumpió la conversación antes de llegar al punto crítico del pedido de auxilio concreto.

Pocos días antes de la fecha límite del plazo impuesto por las autoridades para la renovación del colectivo, Oscar Sánchez llamó a los Guzmán y concretaron una cita en las oficinas del Expreso Cañuelas, situadas en la localidad de Lomas de Zamora y les comentó que, en una reunión de la mesa directiva, habían acordado la cesión de una unidad a préstamo para salvar a la línea. Es de imaginarse la alegría y el alivio de los Guzmán al salvar su fuente de trabajo de manera casi providencial.

El coche elegido fue el 21, un Frontalito Mercedes Benz OC-1214 de 1982, carrozado por Independencia. La tarde del 6 de enero de 1990 llegó el coche al pueblo a los bocinazos limpios y la gente no entendía nada, pero se armó el festejo cuando corrió el rumor de que ese coche salvaría al Expreso Loma Verde de una segura desaparición.

Vista delantera del coche 21 del Expreso Cañuelas, la unidad que permitió la subsistencia del Expreso Loma Verde durante un tiempo. (Foto: Gentileza Miguel A. Guzmán).

La nueva unidad fue legalmente habilitada y la antigua relegada (y tolerada) como coche de reserva, pero la situación era complicada, porque la continuidad del coche del Expreso Cañuelas estaba supeditada a la consecución de la extensión de la línea 290 a Glew (con el fin de transferir la concesión a la Cañuelas, posteriormente) pero, con el correr de los meses y pese a las gestiones realizadas en La Plata, las autoridades confirmaron que el pedido de alargue sería denegado.

Ante las perspectivas negativas que presentaba el proyecto de alargue y absorción, la gente del Expreso Cañuelas, finalmente, solicitó la restitución del Frontalito, la cual cumplimentaron, finalmente, el 15 de septiembre de 1990.

Y a los Guzmán se les vino la noche. Debieron volver a cumplir servicios con el viejo 1114 de 1973 (el verde con techo negro) y no pasó mucho tiempo antes que las autoridades provinciales atacaran al Expreso Loma Verde con los tapones de punta: exigieron que en un término no mayor a 48 horas deberían restablecer el servicio con la unidad legalmente habilitada (algo imposible, pues ya había sido restituida a la Cañuelas) o con un coche con una edad acorde para su habilitación.

Desesperadamente salieron a buscar un colectivo y financiación para adquirirlo. Sobre la hora, en la localidad de Lanús se negoció un Mercedes Benz LO-1114/48 carrozado por Alcorta en 1980, que provenía de la línea 92, en donde había circulado con el número interno 59.

El nuevo coche del Expreso Loma Verde provino de la línea 92 porteña, cuyo color dominante también era (es, de hecho) verde. Circuló con la librea de origen que, casualmente, era parecida a la de su antecesor. (Foto: Gentileza Miguel A. Guzmán).

La nueva unidad comenzó a circular en octubre de 1990 y resultó, a la postre, la última que estuvo al servicio del Expreso Loma Verde. La situación no mejoró, no se pudo comprar la segunda unidad que las autoridades provinciales exigían y ellas mismas, durante una entrevista telefónica, recomendaron su venta. Y poco después apareció una empresa interesada.

Nos referimos a la empresa platense Nueve de Julio, prestataria de la línea comunal 508. Se acordó un precio (bastante irrisorio, aparentemente) y en enero de 1991 se cumplimentó la documentación para transferir la concesión.

Finalmente, el 16 de abril de 1991 el viejo Expreso Loma Verde dio las últimas dos vueltas de su vida, tras cerca de 37 años de ininterrumpida labor. Los cansados y traqueteantes colectivos que tantos servicios le brindaron al pueblo de Loma Verde, finalmente, callaron sus motores para siempre.

Y comenzó una nueva historia bajo la tutela de los nuevos dueños platenses, llamada Empresa (no Expreso) Loma Verde. Como bien dice el refrán escoba nueva barre bien, los habitantes de Loma Verde quedaron asombrados cuando aparecieron las unidades elegidas para iniciar los servicios, dos imponentes ómnibus Mercedes Benz OH-1314 con poco uso, uno carrozado por Supercar y otro por Ottaviano Hnos.

Uno de los dos nuevos ómnibus de la 290 fue éste, carrozado por Supercar. El contraste con los viejos colectivos de Don Guzmán es harto evidente. (Foto: Gustavo A. Del Manzo).

Realmente contaban con muy poco uso en su empresa madre. El coche 01, el Supercar, había sido el coche 65 de la línea 508. Había sido incorporado como aumento de flota (hasta ese momento la 508 disponía de 54 coches) pero, ante la adquisición de la nueva línea, rápidamente fue desafectado y repintado de verde, para ser utilizado en la 290.

El coche 02, el Ottaviano, también provenía del Expreso Nueve de Julio, pero había sido destinado a sus incipientes servicios de turismo y charter, numerado internamente como 101. En un primer momento, este tipo de prestaciones no tuvo el éxito esperado y resolvieron pasarlo a la empresa Loma Verde.

Vista del coche 02 cuando aún estaba afectado a las prestaciones charter del Expreso Nueve de Julio, como interno 101. (Foto: Gustavo A. Del Manzo)

En esta toma bien puede apreciarse que los cortes de pintura respetan el original de la Nueve de Julio: obsérvese que lo único que fue repintado fue la sección roja, que ahora es verde, y que conserva el techo y los cuerpos de filete con los colores de origen. También se respetó la forma de la cuña blanca que discurre por el lateral. (Foto: Gustavo A. Del Manzo).

Pese a su nuevo destino, también continuó afectado a los servicios charter del Expreso Nueve de Julio. Sospechamos que prestaría algún servicio fijo, porque solía vérselo por La Plata los días hábiles, puntualmente a las 18.00 horas.

Cuando la demanda de este tipo de servicios creció se incorporaron coches nuevos, numerados 101, 102 y 103, pero el 02 a veces solía acompañarlos y, ocasionalmente, el 01 también aparecía por La Plata como refuerzo.

El coche 01 estacionado en la ciudad de las diagonales, junto a una de las unidades afectadas al servicio de turismo. (Foto: Gustavo A. Del Manzo)

Merecen un párrafo aparte los coches designados como 03 y 04 que, si bien llevaron leyendas alusivas a la empresa siempre estuvieron pintados como transporte escolar.

Ambos eran Mercedes Benz LO 1114 carrozados por Crovara: el 03 de 1980 y el 04 de 1982. Ambos provenían de la línea 508, en la cual se desempeñaron como coches 59 (el 03) y 12 (el 04). Aparentemente, casi siempre fueron requeridos para realizar excursiones o transporte de escolares, pero alguna vez realizaron el servicio correspondiente a la línea 290, aunque nunca ostentaron su número de línea ni los destinos, pero sí la razón social en su culata.

El 04, sorprendido durante un descanso en la localidad de La Plata. (Foto: Gustavo A. Del Manzo).

Puede observarse, en la culata del coche 03, la inclusión de la razón social correspondiente a la línea 290. (Foto: Gustavo A. Del Manzo).

Cualquier desprevenido puede pensar que ese colectivo pintado de transporte escolar entre todas las unidades de la 508 habría sido vendido pero no era así: es el interno 04 de la Empresa Loma Verde, fotografiado entre sus primos de la Empresa Nueve de Julio.

La línea duró muy poco tiempo en manos de la Empresa Loma Verde: a mediados de la década de 1990 fue traspasada al Expreso Ciudad de Brandsen, que tras un breve lapso de explotarla como 290 la asimiló a su línea provincial 388, cuyo recorrido principal unía Alejandro Korn con Coronel Brandsen. Posteriormente consiguieron un importante alargue a la ciudad de Chascomús sobre el piso de su línea madre.

No conocemos el postrer destino de los escolares 03 y 04, pero nos consta que las dos unidades más modernas, tras el cese de los servicios, volvieron a la 508: el 01 como interno 16 (llegó a circular en la 290 pintado de 508, también numerado 16 y letreros con el número 290) y el 02 como coche 23. El 16 luego pasó a la línea 520 platense y, curiosamente, durante un tiempo conservó la librea de la 508 y el mismo número interno.

Hoy, Loma Verde está servida por los coches del Expreso Ciudad de Brandsen con el número 388, aunque la línea esté habilitada como 290 y los servicios se mantienen de manera correcta.

Pero la gente del pueblo no olvidó a Don Guzmán y a su viejo expreso.

Don Guzmán, finalmente, falleció el 29 de diciembre de 1997. Exactamente siete años más tarde, la comunidad de Loma Verde organizó un homenaje a su memoria, que consistió en la inauguración de un monolito dedicado a él y al invalorable servicio que prestó.



Vistas del monolito emplazado en Loma Verde y una escena durante su inauguración, donde aparecen el hijo de Don Guzmán, también llamado Miguel, junto a su hijito y vecinos. (Fotos: Gentileza Miguel A. Guzmán).

En el monolito, que aún hoy se yergue en la esquina de Almafuerte y Belgrano, a metros de la casa de los Guzmán (y cabecera de la 290) puede leerse la frase Gracias a tu empeño y tesón recorrimos caminos, al saber, al trabajo y a la recreación, que resume el agradecimiento y cariño de los vecinos hacia Don Guzmán que durante décadas, día tras día, con sus viejos colectivos prestó un servicio esencial para toda la comunidad.

Alejandro Scartaccini

Enero de 2009

Agradezco mucho a los Sres. Miguel Angel Guzmán, Aníbal F. Trasmonte y Gustavo Del Manzo, que aportaron los datos que hicieron posible la confección de esta reseña.

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