Tres amigos en el recuerdo

TRES “BUSÓLOGOS” AUTÉNTICOS 

Quiero recordar a tres amigos, dignos representantes de este espacio, que nos dejaron en los últimos tiempos. 

El 10 de enero de 2015 se fue Rodolfo Visco, más conocido como “el tachero memorioso”, mote bien ganado desde que Víctor Hugo Morales lo llevó a la radio luego de un viaje en su taxi, en el que no podía creer la memoria prodigiosa que este hombre desgranaba en anécdotas de Buenos Aires, sus transportes, el fútbol y el tango. 

Rodolfo hablaba del Alemán de Artigas o de los internos de alguna línea de colectivos de 1940 y a uno le parecía que el relato pasaba detrás de él, en cámara lenta y en blanco y negro, aunque coloreaba todo con su humor ad hoc: “Fulano tiene más kilómetros recorridos que la Chevallier…”

Rodolfo Visco, nuestro amigo “El Tachero Memorioso” (Foto: diario “Clarín”)

Meses después falleció Ernesto Berschtl, el 27 de agosto. Colega diseñador gráfico, a él le debo el incentivo para el enorme trabajo que vengo realizando desde hace años. Con su lámina de los colectivos porteños de 1942 (hecha artesanalmente cuando no había computadora), encendió la mecha de historiar gráficamente el transporte automotor en la Argentina.

Ernesto Berschtl, en una foto tomada en julio de 1989.

Una de las láminas realizadas por Ernesto Berschtl, en este caso de las líneas de microómnibus privatizadas en 1955.

Pero indudablemente el incunable legado por Ernesto fue su “biblia” de todo el parque automotor de colectivos de Buenos Aires, que elaboró personalmente entre 1942 y 1944 aproximadamente. Un excepcional trabajo de campo, que hoy nos permite saber, por ejemplo, que el coche 18 de la línea 57 Atlántida era un Fargo ’42 carrozado por Martín y Cía., de 5 ventanillas, patente M-0639. ¿Qué tal?

Aquí, la piedra fundamental de los listados de flotas de hoy: la “Biblia” de Ernesto Berschtl, el primer registro de flotas de colectivos realizado entre 1942 y 1944.

Finalmente, el 7 de junio de 2017 nos dejó Carlos Achával. Periodista y docente, dedicó casi treinta años de su vida a impulsar su máxima aspiración: la creación del Museo del Colectivo, el Ómnibus y el Trolebús, rescatando unidades históricas y golpeando puertas de organismos oficiales y privados.

Carlos Achával, retratado en una muestra de colectivos realizada en Parque Avellaneda.

Podía irse a la otra punta del país para traerse en un carretón un colectivo oxidado, que había pasado tres décadas a la intemperie como gallinero… Gran conocedor y celoso restaurador, llegó a tener en los fondos de su casa de Avellaneda más de una veintena de unidades de distintas épocas, algunas de las cuales llegaron a recuperar su brillo original. 

En un país como el nuestro, donde el patrimonio histórico se ve devaluado constantemente por desidia o ignorancia, sembró la semilla que hoy vemos florecida en múltiples unidades restauradas por empresas o particulares. 

Rodolfo, Ernesto y Carlos dejaron su marca y ya tienen su estrella en el paseo de la fama de la pasión que compartimos desde esta web. Hasta la vista, amigos.

Aníbal F. Trasmonte
Julio 2020